Las autopistas del imperio romano

En la pasada entrega recordamos con nuestros lectores los avatares históricos y urbanos de la Bajada del Postigo, alusión en el nomenclátor a la puerta por la que entraban en la ciudad las postas reales y los antiguos y carismáticos arrieros. Por aquí también pasó, el 31 de enero de 1808, el corso Napoleón Bonaparte, en el transcurso de la campaña que pretendía completar la conquista del solar patrio pero que supuso, sin embargo, el declive de su sensacional carrera militar. Y precisamente entre las calles del Postigo y Bajada del Postigo discurre esta pequeña y casi desapercibida vía extramuros, pero imbuida en su rótulo de enorme y trascendental significación. Hagamos un poco de historia a propósito de la emblemática Vía de la Plata. Sobre las antiguas rutas utilizadas en la Prehistoria por los pueblos cazadores, sucesivas civilizaciones fueron trazando unos precarios caminos. Pero con la irrupción de las tropas romanas en el 218 a.C., España se beneficiaría del gran sistema de calzadas que llegó a comunicar cada rincón del mundo conocido. Aquella sociedad cosmopolita construiría un imperio jamás imaginado, cuyo mayor timbre de gloria fue la red viaria que procuró vida y riqueza a Roma. Las autopistas del imperio se convirtieron en avenidas de comercio, transporte de bienes y comunicación de ideas. En definitiva, un colosal esfuerzo de ingeniería que logró el milagro de que todos los caminos llevasen a Roma. Entre los años 29 y 19 a.C. el emperador Augusto completa la conquista de España, emprendiendo entonces la construcción de una calzada, la principal del oeste peninsular, que uniría Mérida, capital de la nueva provincia de Lusitania, con los dos campamentos de la zona norte: Astorga y León. Una vez pacificado el territorio, la bautizada como Iter ab Emerita Asturicam se dedicaría a favorecer el tránsito económico y la administración romana. Interés mercantil Concluida por los emperadores Trajano y Adriano a finales del siglo II, la trascendencia de la llamada Vía de la Plata proviene tanto de su interés mercantil, como del protagonismo que ha desempeñado en múltiples acontecimientos de la historia española. ¿Cómo nació el término de Vía de la Plata? Expertos e historiadores coinciden en señalar que se trata de una derivación de BaLaTa, nombre árabe que vendría a significar camino enlosado . La Vía de la Plata ha sido punto de encuentro y mestizaje desde tiempo inmemorial, enriquecida por una estética paisajística y monumental de primer orden. El puñado de localidades que conforman su cordón umbilical ofrece un crisol de estructuras y ornamentos, sazonado con un variado folklore y una gastronomía que armoniza platos suculentos y sabrosos vinos. Y es que la ruta no ha perdido la característica fundamental de su legendaria raigambre: ser cruce de civilizaciones, estilos artísticos y destinos históricos. No obstante, en los últimos tiempos ha surgido una desagradable polémica como consecuencia del intento llevado a cabo por determinadas comunidades autonómas, como las de Asturias y Andalucía, de cambiar el recorrido histórico de la Vía de la Plata con la intención de trazar un nuevo y falseado trazado turístico que ha sido bautizado como Ruta de la Vía de la Plata. Sin ningún fundamento A pesar de las enérgicas protestas llevadas a cabo por los responsables políticos de los lugares implicados y perjudicados, con el alcalde Perandones a la cabeza, es posible que la administración preste apoyo a un experimento sin ningún fundamento histórico y fuertemente contestado por diversos agentes sociales. Y es que desde Madrid, siempre en función de determinados y muy concretos intereses, lo mismo se habla de potenciar la Vía de la Plata tradicional, que se sugiere la idoneidad de reacondicionar el camino auténtico en virtud de oscuros y nunca aclarados intereses. Sea como fuere, un equipo compuesto por fotógrafos, historiadores, técnicos y montañeros, ha realizado en los pasados años un importante estudio sobre la Vía de la Plata, encabezado por el etnógrafo y buen amigo Joaquín Alonso. Se trata de un encargo de Pueblos en Defensa de la Vía de la Plata y este grupo de improvisados sabuesos ha recorrido el itinerario seguido por José María Roldán Hervás, catedrático de arqueología en la Universidad Complutense, que recorrió la vía en 1970 para realizar una obra fundamental sobre el tema. En fin, todo sea por defender esa eterna Vía de la Plata, uno de los más preciados signos de identidad del pueblo maragato.