Diario de León

| Reportaje | Taller de Empleo La Casona |

Albañil o carpintera y mujer

El director del centro de reinserción laboral destaca que no existe distinción de sexos a la hora de repartir los distintos trabajos en las prácticas que realizan los alumnos

Una alumna vacía el agua de la hormigonera en una carretilla

Una alumna vacía el agua de la hormigonera en una carretilla

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Alberto Domingo - la bañeza
León

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Aunque aún queda trabajo por hacer, los resultados del Taller de Empleo La Casona, iniciativa propuesta en la pasada legislatura por el Ayuntamiento y aprobada por la Junta de Castilla y León, comienzan a verse en la ciudad. Quizá no es lo más frecuente iniciarse en el aprendizaje de un oficio pasado los veinticinco años, e incluso con una edad en la que no se puede considerarse a la persona como un joven novato. Sin embargo, los veinte alumnos del Taller de Empleo La Casona, de La Bañeza, lo han hecho, cada uno en sus circunstancias particulares, con más o menos años. También sorprende de este taller el hecho de que más de la mitad del alumnado son mujeres, en un centro de formación donde las especialidades que se enseñan, carpintería y albañilería, han estado desarrolladas, tradicionalmente, por hombres. Pero ya hace que llegó el tiempo de romper esquemas, al igual que, de alguna manera, e rompió el esquema de actuación del taller: en principio, el centro de inserción laboral iba a ampliar el número de canchas cubiertas en la zona deportiva municipal, pero esta actuación requería una cimentación y un trabajo de carpintería metálica anterior, por lo que, al final, la actuación en el polideportivo se centró en el arreglo de unos servicios del frontón municipal y se cambiaron las unidades de obra del proyecto inicial por el acondicionamiento de la nueva comisaría de la Policía Local, en la plaza de los Reyes Católicos. El cambio, aprobado por el Ayuntamiento y la Junta -los mecenas de La Casona-, «nos pareció muy completo para la formación que se iba a impartir», explica Lesmes Moratinos, director de La Casona. Y no sólo eso, ya metidos en lo que será sede policial se encontraron con unas prácticas añadidas para los alumnos: cimentación, muros de carga, forjados y cubierta. «No es frecuente que en programas como el del taller de empleo se realicen estas prácticas y más con la complejidad de que las cubiertas que colocan los alumnos no son superficies geométricas regulares. Además, las dependencias policiales que se construyen obligan a introducir nociones de fontanería, calefacción y electricidad. Las dos primeras especialidades ya se han puesto en práctica, con sus correspondientes instalaciones, mientras que esta semana se practicaban en las paredes las rozas en los ladrillos para introducir los macarrones por los que circulan los cables de electricidad o, lo que es lo mismo para el profano, se hacía en los ladrillos un pequeño canal para empotrar en la pared un tubo que permita introducir los cables y que los mismos no queden a la vista del público. Habilidades «Estoy contento porque las obras las hacen todos. Todos arriman el hombro, todos ponen ladrillo, todos enfoscan... Todos hacen de todo», responde Lesmes Moratinos cuando se refiere a que doce de sus veinte alumnos son mujeres, aunque es cierto que «a algunos se les da mejor un trabajo que otro» y que «tratamos de aprovechar las habilidades de cada uno, sin denostar aquellos trabajos que peor se les dan». En todo caso y aunque las dos últimas aseveraciones las realiza Moratinos a propósito del sexo de los alumnos-trabajadores en el taller no hay distinción entre unos y otros según el director. «Ellas no se echan atrás pese a su edad», dice de las alumnas de albañilería. En la escuela taller se imparten las especialidades de albañilería y carpintería, pero cada una de ellas a un grupo de alumnos, de manera que son diez los que saldrán como carpinteros y otros tantos los que lo hagan como albañiles. Ambos oficios se imparten por separado «pero son complementarias», explica Moratinos, ya que, en determinados trabajos, los albañiles necesitan que los carpinteros acaben su trabajo y viceversa. El alumnado de La Casona no ha variado gran cosa desde que el año pasado se puso en marcha la iniciativa. Sólo se ha producido una baja, por colocación, que se cubrió con el primer suplente. «Comenzó un poco más tarde, pero está haciendo bien el aprendizaje. Aunque tendrá menos horas de prácticas que sus compañeros, verá todos los temas», indica el director. Salidas profesionales En opinión de Lesmes Moratinos, los veinte alumnos de La Casona tienen la posibilidad de acceder al mercado de trabajo sin grandes dificultades una vez que, a mediados del mes de mayo, termine el taller de empleo, «siempre que aprovechen la formación y se hagan valer un poco». Pero, de forma inevitable, al tratar este asunto aparece de nuevo la diferencia de sexos: «Otra cosa es que la realidad del mercado laboral con respecto a la contratación de mujeres sea la que es. Aquí podemos asegurar que tenemos mujeres con más habilidad y capacidad que algunos hombres o, al menos, a su mismo nivel», manifiesta el director de La Casona, que, a la vez que alaba el trabajo de las alumnas plantea la pregunta del millón: «¿Qué empresa de albañilería contrata mujeres en España?». Pese a todo, «algunas de ellas serían oficiales en poco tiempo si se especializan en determinadas áreas de la albañilería que no sean tan duras, porque ponen ladrillo a un ritmo que se acerca al de un profesional -aún están aprendiendo- y algunas te colocan de cinco a seis metros de azulejo en un rato», explica Moratinos. Con respecto a la posibilidad de que los alumnos de La Casona creen sus propias empresas, bien mediante la constitución de sociedades mercantiles o como autónomos, el responsable del taller asegura que ha escuchado algunos comentarios entre el alumnado que se encaminan más bien por la primera posibilidad apuntada. También ha habido «algún empresario que necesitaba gente con premura para carpintería y con independencia de si se trataba de hombres o mujeres. Les corría prisa, pero los alumnos no quisieron dejar coja la formación, aunque, al terminar, tengan en cuenta las ofertas que se les han planteado durante estos meses», concluye Moratinos.

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