El padrón de Laciana desciende hasta poco más de 13.000 habitantes

El padrón municipal de habitantes sigue el imparable descenso que inició en 1992, y está a punto de caerse por debajo de la barrera de los 13 mil habitantes, al reflejarse una población de 13.091 habitantes en la última revisión del padrón a la fecha actual, lo que supone una pérdida de casi 300 habitantes con respecto al pasado año. Aunque la mayoría de los centros educativos habían empezado a notar en este curso escolar una cierta estabilidad y apenas habían bajado el número de alumnos matriculados, dando a pie a la esperanza, el censo poblacional evidencia que el descenso de población mantiene su ritmo imparable. No obstante esta situación era previsible si se tiene en cuenta que no ha variado ninguna de las principales causas que provocan la grave despoblación que está castigando al municipio lacianiego, como son las prejubilaciones mineras, la falta de empleo entre los mas jóvenes, y la impotencia para generar iniciativas empresariales, a la vez que las escasas actividades industriales apenas logran mantenerse. El resultado se traduce en que durante los últimos diez años ya se han perdido en el municipio mas de 13 mil habitantes, y el panorama actual no invita ni mucho menos al optimismo, sino todo lo contrario. La población mas perjudicada por el éxodo poblacional ha sido nuevamente la capital del valle, que ha perdido en un año 140 residentes para situarse en 7.281 habitantes, muy por debajo de los 8 mil habitantes que logró conservar en su época mas floreciente, y hasta hace pocos años. Por el contrario, las dos poblaciones que hasta ahora habían sido las mas castigadas por este descenso, -Villaseca de Laciana y Caboalles de Abajo -, empiezan a dar síntomas de estabilidad. Así, Villaseca sufrió una pérdida de 63 personas y se mantiene en 1.736 personas, mientras en Caboalles de Abajo el censo actual se sitúa en 1.597 habitantes, 30 menos que hace un año. El padrón también desvela que en Villager de Laciana se mantienen 703 personas, una menos que en 2.003, en Caboalles de Arriba residen 550 habitantes, y en Orallo 301, en Rioscuro de Laciana 215, en Sosas 196, en Robles 140, en Lumajo 98, en El Villar de Santiago 96, en Rabanal de Abajo 76, en Rabanal de Arriba 54, y en Llamas 48 residentes. Todas las localidades del valle han perdido algún vecino, aunque en muchos casos el descenso se debe a otro dato muy expresivo: el número de entierros multiplica al de los bautizos. Además, el análisis por edades desvela que la pirámide poblacional se ensancha de forma notable entre los 15 y los 50 años.