Tres empresas han comprado naves en el área industrial La Sementera

El Polígono industrial La Sementera, situado en La Bañeza junto a la nacional VI, en la confluencia de las calles Celemín y la Hemina, se inauguró ayer de manera oficial, en un acto en el que estuvieron presentes el alcalde de la ciudad, José Miguel Palazuelo, y varios concejales del equipo de gobierno, el consejero delegado de la firma Ingeniería de Naves, Ignacio Moreno, Díez y otros once inversores bañezanos, que han hecho posible la puesta en marcha de la zona industrial. A la una de la tarde se cortó la cinta de un área con 10.000 metros cuadrados edificados y 25.000 urbanizados, en la que se han levantado dieciséis naves -la estructura metálica de las edificaciones que albergarán a las empresas ha corrido a cargo de una empresa de la zona: Talleres Fuertes, de Valdefuentes del Páramo-. Según explicó Moreno Díez, este polígono, de iniciativa privada, ha vendido ya tres de las naves puestas a la venta y otras tres están reservadas. Al parecer, las empresas que se ubicarán en ella se dedican «al transporte en especial y hasta podría haber alguna fábrica, porque sabemos que han solicitado subvenciones a la Junta de Castilla y León», manifestó Moreno. El coste total de las obras ha sido de unos 300.000 euros y las obras, que se iniciaron en verano del año pasado, se han prolongado durante un tiempo efectivo de «seis meses, porque tuvimos que parar en invierno», señaló el consejero de Ingeniería de Naves, S.A. El precio del metro cuadrado de nave industrial en La Sementera oscila entre los 265 y 330 euros el metro cuadrado. El tamaño de la mayor de ellas es de 1.300 metros cuadrados, mientras que el resto oscilan entre los 500 y 750 metros cuadrados de superficie. Celebración Los promotores del polígono han construido además seiscientos metros del colector general de aguas residuales situado en la margen derecha de la nacional VI, trabajo en el que han invertido más de 120.200 euros -la cifra, facilitada por fuentes municipales, incluye también las acometidas de agua potable para servicio de la zona-. Antes de que los propietarios del polígono invitaran a políticos, empresarios y ciudadanos a un vino español, el sacerdote Santiago Carrizo Villadangos bendijo las instalaciones. «Si algo necesita La Bañeza son fiestas y acontecimientos como este», señaló Carrizo antes de esparcir unas gotas de agua bendita en una de las naves. El cura puso el negocio en manos de Dios para que se convierta en una simiente industrial que genere empleo en la comarca, en un juego de palabras con el nombre de esta zona del municipio con el que ahora se denomina al polígono.