Una cita generacional ineludible

Los lazos invisibles que unen la historia de las generaciones se hacen más fuertes cuando el sentimiento de convivencia aflora y favorece el encuentro de aquellos que tienen un nexo común en un pasado cercano o remoto. Han pasado ya cinco años desde el homenaje que recibieron los mayores que portan el apellido Llamas, pero la tradición continúa, y el pasado lunes se repitieron los actos de celebración y alegría en la localidad de Cea para dar la bienvenida a 9 miembros que han nacido en estos últimos cinco años y que contribuirán a que el apellido se perpetúe durante generaciones. Estos nuevos y esperados nacimientos elevan ya a 139 miembros la gran familia. Repicar de campanas La fiesta, la ilusión y las ganas de disfrutar embargaron a todos los asistentes. La jornada se inició con las primeras luces del día, un repiqueteo de campanas desde lo alto de la torre de la ermita del Carmen saludó a la mañana casi al amanecer y por supuesto anunció la solemne reunión familiar. La lógica diferencia de edad permitió reunir a distintas generaciones. La más pequeña, Abril Llamas, cuenta tan sólo con dos meses de edad y no pudo asistir debido a las altas temperaturas que acompañaron al fin de semana. El Llamas más veterano es Goyo, con 87 espléndidas primaveras. La jornada festiva comenzó con la celebración eucarística en la ermita del Carmen, una preciosa estampa que sólo se repite el día de la patrona. Tras la misa, la familia Llamas al completo, recibió felicitaciones y abrazos por parte de los vecinos y visitantes de otras localidades aledañas, porque la iniciativa ha conseguido despertar el interés en bastantes lugares de ola zona. Dulzaneiros llegados de León amenizaron el evento con bailes y música tradicional que alegraron aún más el cortejo por los diferentes trayectos de la villa. Rincones y lugares que lograron despertar la infancia que los más mayores guardan dormida en lo más profundo de su memoria. La luz, los olores y el calor estival trasladaron a la más tierna infancia a muchos de los que participaron en esta original jornada que une pasado, presente y futuro. Comida de hermandad Una sabrosa comida de hermandad dejó bien claro que el mejor catering es el que se prepara con amor. Los presentes aportaron ricos manjares y platos tradicionales que evocaron tiempos pasados y que contribuyeron a que los presentes no quisieran que acabara la jornada. Juegos emblemáticos de antaño, carreras de sacos o divertidas y variadas cucañas deleitaron a pequeños y grandes. Regalos y golosinas para los niños, alegría y buenos momentos para los mayores. Dulzura a raudales y sentimientos enraizados en una tierra que aunque pasen los años no se olvida. Los 139 miembros de la familia Llamas residen en distintos puntos del territorio nacional y aunque no todos, gran parte de ellos se desplazaron desde Galicia, Asturias, Cataluña, Valencia o Madrid. La pradera de Los Mozos fue el escenario en el que un grupo de familiares interpretó un himno que alude a su apellido y que ha sido creado con tal fin.