Expulsados

DICE UN VIEJO REFRÁN, que cuando queremos matar al perro, decimos que tiene la rabia, o lo que es lo mismo, que cuando se tiene tomada una determinación de antemano, cualquier disculpa es buena. Y esto es lo que está ocurriendo en Laciana con la expulsión de la ejecutiva local del PSOE. Se podría llegar a comprender que la ejecutiva socialista lacianiega no fuera del agrado de la ejecutiva provincial más, si tenemos en cuenta que algunos de ellos vienen de una época en la que llegamos a los congresos provinciales armados de un respaldo masivo (no vamos a hablar de cómo se afiliaba uno al PSOE lacianiego en aquel entonces, época en la que ibas al Ayuntamiento a preguntar la hora y si no tenías el carnet del partido te la negaban), pero sea como fuera, la agrupación lacianiega contaba con un respaldo numeroso, se comentaba que era la mayor agrupación de toda la comunidad. Amén de esto, en la representación que arribaba a León a dichos congresos iba el mejor de cada casa, y siempre con un espíritu dialogante: «o por razones o por ...». No es pues de extrañar, que continúen las rencillas entre miembros enfrentados desde entonces y más, ahora que los de la capital han conseguido colocar a su antiguo número uno (Zapatero) al frente del país. Por eso si antes los de Laciana se imponían en León ahora los de León se imponen en Laciana. Pero claro, hasta ahora tenían al frente del Ayuntamiento a un hombre independiente, con todo lo que esto pueda significar, primeramente por no ser afiliado al partido, y en segundo lugar por estar apadrinado por Zapatero. Los hechos luego vienen rodados. Ángel Crespo dimite antes de tragar carros y carretas, las celebraciones dentro del partido al cual no pertenecía se notaron. La senadora Durán toma las riendas y claro, aquí ya es coser y cantar para la ejecutiva provincial. Desde León, se necesita que la alcaldesa trague lo que Crespo no tragó, y se negocia con Victorino Alonso, empresario modelo, sobre todo a la hora de pillar todo tipo de subvenciones y de saltarse a la torera cualquier normativa medioambiental existente. Eso sí, con el total beneplácito de todas las administraciones habidas y por haber, y con la misma oposición por parte de los sindicatos y los partidos políticos leoneses (PP, PSOE, IU, UPL)¿ Llegamos entonces a la negociación entre la alcaldesa-senadora lacianiega, Ana Luisa Durán y el empresario modelo Vitorino Alonso. Se pone de manifiesto que ni a Ángel Villalba, actual secretario comunitario del PSOE y, no olvidemos antiguo presidente de Caja España que puso la empresa MSP en manos de Vitorino; ni a Miguel Martínez, actual secretario provincial del PSOE; ni a la alcaldesa lacianiega les duelen prendas para entregar los montes de Laciana al citado empresario a cambio de un mísero plato de lentejas. Claro está, utilizando para ello las mil y una argucias legales. Pasándose por el forro la voluntad del pueblo de Laciana. Todo hay que decirlo, un pueblo, cada vez más abúlico y entregado, pero cada vez más harto de que jueguen con sus intereses para medrar cuatro mandantes. Y llegamos al momento en el que la ejecutiva del PSOE local, se opone a los tejemanejes que se traen entre la alcaldesa y sus valedores Villalba y Martínez. No porque ellos estén en contra de las ilegales y salvajes explotaciones a cielo abierto, sino porque se les ha ignorado, y no se ha contado con ellos para estos cambalaches. Entonces, ponen el grito en el cielo, se quejan públicamente de las maneras de actuar de sus superiores en el partido y terminan con el expediente abierto y una suspensión cautelar de militancia, que ahora se torna en una expulsión. No me dirán, que todo este relato no les recuerda otros tiempos, cuando en este país mandaban otros y al que se meneaba, palo y tentesieso. Si esto es el nuevo talante que se nos anunciaba, hay que reconocer que no se necesita de mucho talento para ello. Todo esto, el que a nuestros políticos el bien común les importe cada día que pasa menos, es moneda corriente. ¿Será posible que no espabilemos ?