Diario de León

Villaverde de Arcayos | El misionero celebró a la patrona en su pueblo natal

El obispo Ramiro Díaz presidió la festividad de la Virgen de Yecla

El prelado desarrolla su labor pastoral en la misión de Machiques Deperija, en Venezuela

Monseñor Díaz Sánchez, durante la celebración de la misa

Monseñor Díaz Sánchez, durante la celebración de la misa

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Acacio Díaz - corresponsal | villaverde
León

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La celebración de la festividad de la Virgen de Yecla, en Villaverde de Arcayos, tuvo ayer un aliciente, al contar con la presencia de monseñor Ramiro Díaz Sánchez, hijo de la localidad, recién llegado de la misión en Machiques Deperija, en Venezuela. El cortejo cubrió los más de dos kilómetros que, entre rastrojeras separan la ermita del pueblo, para llegar al alto en el que se encuentra la ermita, cuya construcción se remonta al siglo XIV y que necesitó ser restaurada en 1883 por maestros procedentes de Sahagún. Recientemente, se han realizado labores de conservación en todo el conjunto, en el que se conserva un retablo de factura anónima, de estilo renacentista y no exento de calidad, con una capilla en la que se deposita a la patrona, la Virgen de Yecla. Es el mayordomo el que anuncia el inicio de los actos litúrgicos, con el toque de una campanilla según recorre la campa de la ermita. El obispo Ramiro Díaz, emocionado al ver el templo abarrotado, manifestó su agradecimiento a los fieles antes de comenzar a oficiar la eucaristía, en la que el padre agustino Leónides Antón de Lucas recibió el reconocimiento del público por mantener viva esta cita mariana con las juventudes de la ribera del río Cea. Homilía y procesión En la homilía, Monseñor Díaz Sánchez aseguró sentirse agosto en su pueblo, entre su gente, se refirió al apostolado que realiza entre los indígenas en su misión de Venezuela e invitó a los peregrinos a rezar el santo rosario y a promover esta costumbre en las familias. El coro de la localidad confirió una mayor solemnidad al rito. Al terminar la misa, muchos fueron los que mostraron su deseo de portar la imagen de la Virgen de Yecla. Cuando la imagen paraba, el público entonaba el canto de la Salve. Concluida la procesión, y otra vez en el interior del templo, fueron muchos los que saludaron a monseñor Ramiro Díaz Sánchez y se fundieron en un abrazo con él, tras recordar el prelado de quiénes eran los que le saludaban o su procedencia.

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