Diario de León
Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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EL MANIDO TÓPICO de que en cuestiones políticas la derecha era buena generando fondos y la izquierda era buena distribuyéndolos, amén de ser eso, un tópico, no es real y así nos lo demuestra más de un cuarto de siglo de democracia en el país. Viene esto a cuento por la vergonzosa situación en que se encuentra el Ayuntamiento de Villablino, tras el informe de fiscalización de los ejercicios 1998 a 2002, donde, según el Tribunal de Cuentas, existen una serie de irregularidades económicas. La noticia de que el citado Tribunal de Cuentas (órgano fiscalizador de las cuentas y de todo lo concerniente a la gestión económica del Estado y del sector público, dependiente de las Cortes) había emitido un informe poniendo en tela de juicio la gestión de los fondos municipales, corrió como la pólvora por los mentideros políticos provinciales, más que nada por el volumen de fondos gestionados, al ser, en esta época, Villablino el cuarto ayuntamiento provincial en población y, sobre todo por estar gobernado el mismo por una mayoría abrumadora de Izquierda Unida (11 concejales de 17, si mal no recuerdo). No nos sirve de disculpa, el que en muchos ayuntamientos ocurra tres cuartos de lo mismo, ya que en política no solamente hay que ser honrado, sino que hay que demostrarlo. Tampoco nos sirve de disculpa, que en el caso del Ayuntamiento lacianiego no ocurra como en Marbella, donde existía un nivel de corrupción generalizado, mientras en el nuestro tan solo existe una nefasta gestión de los dineros públicos, tapando agujeros económicos en un lado utilizando fondos que deberían haberse destinado a otros menesteres. Así, y sabiendo como sabían que su gestión sería fiscalizada, Murias debería de haber obrado con más cautela de la que obró, pero el problema que existe en el Ayuntamiento de Villablino, desde el principio de los tiempos (democráticos por supuesto) es que la mayor parte de los ediles han salido del mundo sindical, y es más fácil exigir a un empresario que ejercer de tal y manejar la empresa que es (o debería de serlo) el Ayuntamiento. Tampoco nos servirá de disculpa la herencia recibida de seis años de desgobierno socialista, durante el mandato de Pedro Fernández, si hubo entonces alguna irregularidad deberían de haberlo denunciado en su momento. Por lo tanto lo que ahora deberán de tratar de aclarar es cómo se gestionó, de la manera que se hizo. Cuando tecleo esto, se estará debatiendo en la comisión mixta del Congreso y del Senado, previo análisis del presidente del Tribunal de Cuentas, Ubaldo Nieto, el informe que, como todos sabemos, viene a fiscalizar las cuentas del Ayuntamiento lacianiego en el periodo antes citado, después de que en mayo de 2004, una vez tomada posesión el nuevo alcalde el socialista Ángel Crespo, éste solicitara tal acción, respaldado por los votos de los concejales del Partido Popular, hoy socios de gobierno de IU en el Ayuntamiento de Villablino. Después de ser escuchados los grupos políticos será cuando el proceso termine, con las pertinentes recomendaciones y medidas a tomar, o bien pasará a la Fiscalía, caso de que se vislumbrara algún tipo de delito. Sea como fuere, el desenlace debería de servir de ejemplo para adelante. La ingeniería financiera hay que dejarla a un lado cuando lo que se están gestionando son dineros públicos; hay que darle a cada euro el lugar al que viene destinado. Igualmente habrá que tomar medidas en cuanto al personal que puede soportar un ayuntamiento en notable retroceso poblacional, si fuera necesaria realizar una «reconversión» alguien debería de hacerlo y ese alguien no es otro que el que esté gobernando... Lo que está claro es, que hoy el Ayuntamiento de Villablino, y con él el Valle de Laciana, están en el candelero, pero no por una cuestión buena, sino por la ineptitud de aquellos que rigen nuestros destinos...

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