Diario de León

Picos de Europa | Los fallecidos murieron en Posada de Valdeón y Panderruedas en el año 1938

Pozo Grajero instala dos placas en honor de las víctimas del franquismo Los datos los recopiló una nieta

El colectivo desea honrar la memoria de Delfino Suárez y Argentina Trapiella

Placa conmemorativa instalada este fin de semana en la zona

Placa conmemorativa instalada este fin de semana en la zona

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Eduardo Silva - león
León

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Organizado por la Asociación Pozo Grajero y la nieta de uno de los represaliados, este domingo, 7 de octubre, se han instalado dos placas en los montes de Valdeón, recordando a dos víctimas del franquismo. En los actos han colaborado miembros de asociaciones de memoria histórica de Asturias (Frente Norte y «Todos los Nombres») y de León (Aerle y Foro por la Memoria). Las placas instaladas recuerdan los nombres de Delfino Suárez Alonso, asesinado en el puerto de Dobres y de su compañera, Argentina Rodríguez Trapiella, asesinada en el puerto de Panderruedas. Delfino Suárez Alonso, de 35 años, natural de Piñeres de Aller (Asturias) era minero, miembro del batallón republicano 237 y del Partido Comunista. Fue asesinado por falangistas de Valdeón el 21 de septiembre de 1938, cuando intentaba pasar a Francia junto a su compañera Argentina Rodríguez Trapiella, de 24 años. Tras encontrarse con falangistas de Soto de Sajambre, se produjo un tiroteo en el que Argentina fue herida en una pierna. Permanecieron escondidos hasta la noche y consiguieron llegar al puerto de Jover. Allí se encontraba un pastor que cuidaba unas merinas. No les prestó ayuda y les sugirió que continuasen camino hasta el puerto de Dobres, donde encontrarían agua y leche de las vacas. Cuando se fueron, el pastor bajó a Posada de Valdeón a avisar a los falangistas que dos «huídos» estaban en la zona. Delfino y Argentina llegaron a Dobres. Allí otros pastores les ayudaron y pasaron la noche. Al amanecer, la cabaña estaba rodeada por 20 falangistas armados, Delfino hacía leña en la puerta de la cabaña y un pastor ordeñaba. Delfino oyó ruido y escapó monte abajo. Tras una larga persecución, un disparo le alcanzó en el cuello, fue rematado a culatazos y le enterraron en la «majadica» de Dobres. Violada por cuatro captores A Argentina la bajaron herida en un caballo a Posada de Valdeón y pasó la noche en los bajos del ayuntamiento, donde fue violada por cuatro de sus captores. Al amanecer, haciendo creer que la llevaban a la cárcel de Riaño, los falangistas la llevaron al alto de Panderrueda donde la fusilaron y enterraron. Este relato de sus últimos momentos ha sido una ardua labor de investigación y reconstrucción de los hechos a través de testigos directos que ha llevado a cabo durante cuatro años la nieta de Delfino, Carmen Suárez Nieto, quien asistió emocionada a la jornada del domingo en que se instalaron las placas conmemorativas en los lugares donde fueron enterrados ambos. Una complicada labor de cuatro años de trabajo ha permitido a una de las nietas de las víctimas poder hacerse con todos los datos necesarios para conocer qué suerte había corrido su abuelo. Pese al dolor por el cariz de los acontecimientos vividos y aún a pesar de la distancia, la iniciativa trata de hacer justicia al menos a través de la memoria para las personas que en su día padecieron el horror.

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