El PSOE exige la dimisión de la alcaldesa por «despilfarro» y «abandono»
El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Benavides, Manuel Antonio Guerra Domínguez, denuncia la situación de «abandono y desidia» que se está viviendo en este momento en el Ayuntamiento como consecuencia de la «mala» y en algunos casos «nula» gestión del equipo de gobierno del Partido Popular. «Llevamos más de dos meses y medio sin Secretaria y a día de hoy nadie se ha molestado en buscarla un sustituto. Como consecuencia no se pueden ingresar determinados impuestos al no haber en este momento personal cualificado para liquidarlos, no se paga a los proveedores por no tener interventora y tan sólo están cobrando sus nóminas los trabajadores. Además, la condición de Procuradora de las Cortes autonómicas de la alcaldesa Ana Rosa Sopeña está haciendo que apenas dedique tiempo al Ayuntamiento provocando en algunos casos la pérdida de subvenciones por importe superior a los cien mil euros, al venir a firmarlas fuera de plazo», critica. «Despilfarro» Asimismo, el grupo socialista de Benavides denuncia el «despilfarro» en la contratación de jardineras y flores, por importe que ronda los seis mil euros cada año, siendo un gasto innecesario al tener el Ayuntamiento personal cualificado y sitio para cultivarlas. «Lo que en un primer momento fue visto como un gasto extraordinario y un detalle de buen gusto por parte del Ayuntamiento por la celebración del Séptimo Centenario del Mercado, al convertirse el gasto en ordinario no podemos si no considerarlo un despilfarro para un Ayuntamiento como el de Benavides. Si por un gasto de 9.000 euros en el mismo concepto en Astorga el Partido Popular pide la dimisión de la concejala, aquí podríamos pedir hasta el destierro de la alcaldesa, porque nuestro presupuesto es varias veces inferior al de Astorga. Confío que el Partido Popular mantendrá el mismo criterio en Benavides que en Astorga», explicó. El portavoz socialista critica también que la alcaldesa ordene colocar dos maceteros municipales a las puertas de su domicilio, «es un detalle que deja patente el concepto tan particular que tiene sobre el bien común, sin obviar que son hechos temerariamente cercanos a la frontera de la malversación».