Diario de León

Cantos y Salve en el cortejo del Santo Cristo del Desenclavo

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León

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A partir de las cinco de la tarde iniciará su recorrido el cortejo procesional del Desenclavo, joven cofradía cuya aprobación de sus Estatutos se produce el 31 de julio de 1992. Lo más destacado del cortejo es el acto denominado como el Desenclavo. Delante de la portada de la Basílica de San Isidoro se recrea escenográficamente el Descendimiento del cuerpo de Cristo una vez que éste ha fallecido. Tres hermanos de la cofradía, mediante un programa ritual muy cuidado, se disponen para bajarlo de la Cruz ayudados de un sudario blanco. Durante el acto varias hermanas de la orden entonan el canto popular de «Las Llagas» que fue recogido de manera oral en el pueblo de Tendal en la zona de la Sobarriba leonesa. La ceremonia ha sido rescatada a través de la más ortodoxa tradición leonesa puesto que ésta manifestación de fe popular ya era realizada por la cofradía de la Vera Cruz a través del Cristo articulado renacentista. La elección del lugar no ha sido aleatoria puesto que en la Colegiata románica de San Isidoro y más concretamente en la portada del Perdón aparece representado el Descendimiento en el tímpano de la misma yuxtaponiéndose el acontecimiento de la cofradía asentada en Santa Marina con las manifestaciones pétreas de los relieves del frontis. Los pasos que intervienen en la procesión son dos. Por un lado el Santo Cristo del Desenclavo realizado por Manuel López Bécker en el año 2000 que sirvió para sustituir al antiguo crucificado que era una obra de sería procedente de los talleres catalanes Vayreda, Bassols, Casabo y Cia con muy poco valor estético debido a su falta de originalidad. El Cristo de Bécker vino a cubrir un anhelo de la cofradía que era disponer de un Crucificado con una doble finalidad, por un lado que sirviese de martirizado en la Cruz y por otro de yacente una vez que fuese descendido del madero. Pocos artistas se han atrevido a representar éste tipo de manifestaciones a lo largo de la historia del arte debido a su dificultad temática. Una vez descolgado el cuerpo se dispone en un catafalco de madera con faroles y terciopelo rojo continuando el cortejo con ésta disposición. La segunda talla participante del evento es Nuestra Madre Santísima del Desconsuelo realizada por el escultor cartagenero Jesús Azcoitia en 1998 siendo una obra de pabellón o de vestir con manos y brazos articulables cuyo nombre se decidió democráticamente en la Asamblea General del 1 de febrero de ese mismo año. El otro punto de interés se produce en el convento de las Clarisas con el canto de la Salve por parte de las hermanas del beaterio. Al estar hermanados con otras cofradías de iconografía penitencial similar participa en la celebración la Santa Vera Cruz de Astorga.

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