Diario de León

«Los malos libros crean adicción»

l Mercedes Monmany invita a descubrir a 300 grandes autores. la autora barcelonesa presenta la obra ‘Por las fronteras de Europa’, un exhaustivo y personal atlas literario que la escritora recorre a través de los últimos dos siglos en europa

De izquierda a derecha y de arriba abajo, Milan Kundera, Phillip Roth, Houllebecq, Martin Amis y Orham Pamuk

De izquierda a derecha y de arriba abajo, Milan Kundera, Phillip Roth, Houllebecq, Martin Amis y Orham Pamuk

Publicado por
miguel lorenci
León

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S u primera conmoción como lectora llegó con Guy de Maupassant y su ‘Bel ami’. La última con el diario de Etty Hillesun, holandesa exterminada por los nazis en Auschwitz, «una Anna Frank adulta de escritura conmovedora». Más de cuatro décadas separan estas dos experiencias de Mercedes Monmany (Barcelona, 1957) crítica especializada en literatura contemporánea y ensayista que invita a descubrir y disfrutar lo mejor de trescientos grandes autores en su peculiar y exhaustivo ‘atlas’ de las letras europeas. Por las fronteras de Europa (Galaxia Gutenberg) culmina una labor de años que con un tomazo de casi de 1.500 páginas «con muchas filias y ninguna fobia» que repasa la gran literatura de siglo XX y el arranque del XXI. En su particular y emocional canon de las letras europeas y llega a la actualidad arrancando de Chejov y Prosut, «los autores bisagra que macan el paso del siglo y el cambio de paradigma». Explica Monmany que a pesar de su enjundia y su ambición «no es un trabajo académico» y un sí una expresión de la «pasión crítica» que mueve a esta aguerrida lectora que lleva varias décadas escudriñando qué se cuece en las letras continentales. Como tantas cosas en la vida, cree que cabe dividir la literatura entre «buena y mala» y que acaso sea más fácil engancharse a la primera que a la segunda. «El gusto se construye, y la mala literatura, como el mal cine, lo corrompen. Así que es muy de agradecer que alguien te desbroce el camino en un bosque tan proceloso como el del literatura» plantea. «Los malos libros crean adicción, como la cocaína» asegura una risueña Monmany que quiere marcar caminos y compartir las experiencia que le revelaron universos y le ayudaron a comprender ya comprenderse» Su cartografía literaria excluye «por ahora» las letras hispanas.

Atraviesa fronteras, países y tradiciones y territorios de ficción tratando de destilar la esencia de Europa de los Cárpatos al Mediterráneo, de los fiordos al Bósforo. «Sin duda la esencia de Europa está en su cultura; es el valor fundamental de esa Europa que nos empeñado en construir sobre la moneda, la política y la burocracia, olvidando el espíritu que necesitamos para construirla con federalismo y conciudadanos» lamenta. «Soy de la generación pre-Erasmus pero tengo la convicción de que la cultura es el nexo fundamental, la argamasa que construye y sostiene Europa, y trato de fomentar la afición y el placer frecuentarla», resume Monmany, que atraviesa fronteras físicas e intelectuales desde su adolescencia, «cuando visitaba a mi abuela en Francia» Invita disfrutar de autores como Stendhal, Maupassant o Stefan Zweig, que ella descubrió en la biblioteca familiar y que darían paso a Julien Green, Gogol, Canetti, Roth, Pessoa, Kundera, Pamuk, Gombrowicz, Knut Hamsun, Banville, Colm Tóibín, Martin Amis, Sebald, Ishiguro, Doris Lessing, Naipaul, Cees Nooteboom, Klaus Mann o Houllebecq. Si tuviera que elegir un trío optaría por Italo Svevo, Sandor Márai e Irène Nèmirovski.

Viaja con todos ellos por una siglo «plagado de horrores bélicos y maravillas literarias, de un fantástico dinamismo cultural; una época de oro para el arte, la música y el cine además de para la literatura». El escritor italiano Claudio Magris prologa el libro y elogia la «mirada de halcón» de Monmany que avizora y desgrana lo mejor de las narrativas nórdicas, eslavas, gaélicas, sajonas, centroeuropeas, balcánicas o hebreas. Que se fija en los grandes narradores y poetas de países tan cercanos como Francia, Italia, Portugal, o de culturas mas distantes como Turquía.

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