Cuento sin letras para niños curiosos

L os padres no acaban de entender el concepto de la obra—dice este ilustrador, divertido—. ¡Estamos ante un libro para imaginar!». Se refiere Pablo Je Je a La oveja bala , un delicioso libro infantil que acaba de publicar con el sello Sally Books y que supone la llegada a los escaparates de un personaje lleno de potencialidades y atractivos, y tremendamente icónico.

«Con La oveja bala he pretendido incorporar un nuevo concepto, basado en que los niños se conviertan en narradores —explica el artista leonés—. Para ello he decidido prescindir del texto, de manera que el cuento cambia con cada narrador. La idea es que sean los más pequeños quienes cuenten la historia, produciéndose de este modo una inversión de los roles habituales». Y cuenta que con el «boom de nacimientos que tuvo lugar a mi alrededor, y con mi experiencia de más de diez años en educación, me percaté de las carencias creativas que tienen los más pequeños y los adolescentes, causa la mayor parte de las veces de una deficiente educación artística. Por ello pretendí dar una vuelta de tuerca al concepto de libro tradicional e intentar hacer algo en el que los niños pudieran participar de una forma activa y didáctica». «Aunque aún no sepan leer, los más pequeños tienen la capacidad de interpretar imágenes, ya que ésta es la primera forma de lectura —prosigue—. Los niños tienen mucho que decir al respecto y este libro está pensado para que desarrollen la imaginación y sean los que den forma a la historia y nos la cuenten, convirtiéndose a la vez en autores... sin darse cuenta».

Y recuerda que en la última Feria del Libro de León, junto al cuentacuentos Manolo Ferrero, llenó una de las carpas «para que los niños nos contaran, a su modo, el contenido del libro. Balidos y carcajadas hicieron que fuera una experiencia divertidísima... Por ejemplo, escuchamos a un niño que pedía sus padres: ‘¡Quiero La oveja bala !’, y éstos le contestaban: ‘No, hijo, que no tiene letras y tú tienes que aprender a leer’».

«Este tipo de experiencias las he repetido con alumnos de Infantil y ha sido fantástica: dar la palabra y escuchar a los pequeños no es lo habitual», comenta, añadiendo que, en su opinión, «se trabaja bastante poco la oralidad en los centros. Todos aprendemos a leer imágenes antes que letras. Esta es una historia abierta, no es un libro para aprender a leer sino para desarrollar otras habilidades».

Y concluye Pablo citando a Jean Piaget: «El objetivo principal de la educación en las escuelas debe ser la creación de hombres y mujeres capaces de hacer cosas nuevas, y no simplemente repetir lo que otras generaciones han hecho; hombres y mujeres creativos, inventivos y descubridores, que puedan ser críticos y verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece».