Diario de León

Tecnología y empatía

Se estudia eficacia de herramientas digitales de conversación con el estudiante para mejorar su motivación y rendimiento. Una investigación de la UOC recoge los avances en este desarrollo

Jóvenes consultan e interaccionan con sus teléfonos móviles. efe

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La inteligencia artificial y las tecnologías de procesamiento del lenguaje natural están impulsando de manera definitiva el uso de los agentes conversacionales pedagógicos con capacidades empáticas. Se trata de herramientas virtuales (un chatbot, por ejemplo) con habilidades para evocar una reacción empática en el estudiante mientras favorecen el desarrollo de sus competencias. Al estar siempre disponibles y ser cada vez más eficaces en el apoyo a alumnos y profesores, estas tecnologías crecen con fuerza, especialmente para mejorar y personalizar la experiencia de aprendizaje en línea. Sin embargo, dada su novedad, todavía no existe una amplia base de conocimiento científico sobre la aplicación de estas plataformas en el campo educativo. De ahí que una investigación de Elvis Ortega-Ochoa, investigador predoctoral del grupo Smartlearn de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), haya sentado las bases sobre los principios que rigen estas tecnologías.

La investigación, publicada en abierto, —en la que también han participado la investigadora posdoctoral de la UOC Marta Arguedas y el profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC Thanasis Daradoumis— ha analizado más de un millar de estudios y artículos sobre la materia para hacer una revisión científica de los más destacados y extraer conclusiones útiles para el desarrollo de estos agentes, como por ejemplo cuáles son los principios de diseño que hay que tener en cuenta al crearlos.

La investigación ha analizado más de un millar de estudios y artículos sobre la materia para hacer una revisión

«Los agentes conversacionales deberían tener dos de las grandes habilidades que los docentes ponen en práctica en cualquier proceso de enseñanza y aprendizaje: detectar y regular las emociones por diferentes medios y responder al estado emocional del estudiante mientras se progresa en la construcción intelectual y el desarrollo de sus habilidades», explica Elvis Ortega-Ochoa, quien está realizando su tesis doctoral con el programa de doctorado de Educación y TIC (E-learning). El trabajo también proporciona una descripción general, completa y actualizada de los diseños de investigación utilizados para la implementación de estos agentes. Además, examina los factores que influyen en su eficacia en el ámbito educativo, y también evalúa los tipos de retroalimentación que mejoran el impacto del campo empático en los resultados del aprendizaje. Estas herramientas tecnológicas de aprendizaje deben permitir la interacción con el estudiante, tanto de forma síncrona como asíncrona, y pueden integrarse en el proceso educativo por diferentes formatos y vías: desde un sistema independiente, como un chatbot, hasta su adopción en un sistema de tutoría inteligente. «Actualmente, ya se utilizan para desarrollar habilidades emocionales en los alumnos y también como motivadores del alumnado al ser configurados con distintas técnicas de mentoría. Además, en ciertos momentos del proceso didáctico, también pueden ser útiles para introducir nuevas temáticas o reforzar el contenido aprendido anteriormente», expone el investigador de la UOC.

Una joven, cerca de un dispositivo móvil. EFE

En cuanto a su utilidad y la percepción del alumnado, varios estudios han mostrado la eficacia de estas herramientas conversacionales para mejorar la motivación y el rendimiento del aprendizaje. «Hemos visto que estos beneficios están relacionados con la solidez de las interacciones con la herramienta, de modo que la responsabilidad del éxito recae en las técnicas de desarrollo de estos servicios.

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