Diario de León

Cuarta generación... cinco puertas

Desembarca en el mercado español con una tarifa a partir de 12.200 euros. Lancia oferta una tentadora propuesta, estética y crematística, con la llegada del nuevo Ypsilon. El histórico urbanita transalpino vuelve a la palestra con puertas traseras en una modernista carrocería.

Cinco puertas y diseño modernista en la cuarta generación del Lancia Ypsilon.

Cinco puertas y diseño modernista en la cuarta generación del Lancia Ypsilon.

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ
León

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Pequeño y «estiloso». El nuevo Ypsilon, que rompe drásticamente con estéticas anteriores, se convierte en «más coche» y, lo mejor, su fabricante ofrece una tentadora oferta de compra que se traduce en 12.200 euros (120 al mes con financiación) para la versión 1.2 litros (8 válvulas) de 69 CV que, en la terminación Gold, dispone de aire acondicionado, llantas de aleación de 15 pulgadas, sistema «Start&Stop», faros antiniebla, tapicería específica y radio con CD y lector de MP3.

La gama del Ypsilon se declina en una decena de versiones, con precios entre 12.200 y 18.200 euros y potencias de 69, 85 y 95 CV. Lancia ofrece una garantía de 4 años si se financia la compra del coche a través de Fiat Financiera.

Más grande (3,84 metros de largo) y con cinco puertas (cuatro laterales y portón trasero), el nuevo Ypsilon rinde culto a las recientes alianzas del grupo automovilístico transalpino (Fiat, Lancia y Alfa Romeo) con los estadounidenses de Chrysler, incluso en los mercados británicos e irlandés se vende el Ypsilon con ese logo: un ampuloso frontal barrado que se convierte en el rediseñado scudetto de la marca fundada hace ya más de un siglo por Vincenzo Lancia.

Ya se ha dicho: 3,84 metros de largo y 245 litros de capacidad de maletero, sin que esto traiga aparejado —más bien al contrario— recorte alguno de habitabilidad en las plazas traseras, ahora incluso con más espacio disponible para las piernas de los ocupantes de esa zona del vehículo en un habitáculo de lo más glamuroso que, por su elevada arquitectura y las dos puertas suplementarias zagueras, propicia un mejor acceso y, en la zona delantera, una buena postura de conducción. El peaje a pagar por esos litros suplementarios en la capacidad del maletero es la ausencia de rueda de repuesto —ni siquiera galleta de emergencia—, que se sustituye por un kit reparador de pinchazos.

Eso, por no hablar de detalles tan pijos —por exclusivos— en su lista de opcionales como la pintura exterior bicolor, faros obscurecidos, carcasas especiales para los retrovisores exteriores y hasta la llave de contacto adornada con cristales Swarovski… ¡la locura!.

Estéticamente el nuevo Ypsilon bebe en las fuentes de su hermano mayor el Delta, sobre todo por la sobredimensionada parrilla frontal, aunque también por los grupos ópticos traseros en forma de boomerang que, enmarcando el portón, acaban por «invadir» buena parte de de las aletas posteriores.

Las escamoteables manillas de las dos nuevas puertas traseras y el techo acristalado panorámico redondean —nunca mejor dicho— un atractivo conjunto.

Dos mecánicas de gasolina y un turbodiésel conforman la gama del Lancia Ypsilon. Entre los primeros —gasolina—, la guinda viene de la mano del reciente bicilíndrico compacto turboalimentado TwinAir de 0.9 litros y 85 CV que, opcionalmente, puede asociarse al cambio de embrague pilotado y cuyo consumo medio se cifra en 4,2 litros.

El segundo escalón en gasolina es el más conocido 1.2 litros atmosférico de 95 CV, que homologa un gasto medio de 4,9 litros a los cien kilómetros y que, como fácilmente puede suponerse, se muestra menos vivo que el pequeño 0.9 turbo.

Suave y silenciosa, la versión turbodiésel de rampa 1.3 MultiJet que entrega 95 CV y propicia excelentes recuperaciones desde los regímenes más bajos del cuentavueltas merced a su elevado par (20,4 metros/kilo), con la guinda de unos recortados 3,8 litros de consumo medio, que Lancia consigue, entre otras cosas, a la adopción en el Ypsilon del sistema «Start&Stop» de arranque-para automático en paradas prolongadas, unido a los neumáticos de baja resistencia a la rodadura y, en el capítulo de información práctica, un indicador de cambio de marcha recomendada en el cuadro de instrumentos. Dado que las tres motorizaciones emiten menos de 120 g/km de CO2, el Ypsilon está exento del Impuesto de Circulación.

Además de la opción de cambio pilotado, las tres mecánicas se unen a cajas de cambio manuales de 5 marchas.

Entre las curiosidades que equipa la cuarta generación del Ypsilon, apuntar la ausencia del tradicional tapón de llenado de combustible: la propia tapa hace las veces de tapón.

Estructurada en tres acabados: Oro, Plata y Paltino, desde el escalón de acceso la gama Ypsilon ofrece aire acondicionado, ESP, ayuda al arranque en pendiente y radio con CD.

Opcionalmente pueden montarse elementos propios de segmentos superiores: faros de xenón o el innovador sistema «Magic Parking» para estacionar en línea «automáticamente» en huecos que midan 80 centímetros más que la longitud total del coche.

En suma, que tras aquel pionero Ypsilon de 1985 y de la tercera entrega de 2003, esta cuarta entrega de 2011, vuelve a situar al preciosista urbanita de Lancia en clave de pincelada modernista.

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