Diario de León

Historia... en diez camionetas

«Trabaja duro, juega duro»; emblema de una marca en clave de «pickups». Probablemente sean las camionetas de caja abierta los vehículos que mejor hayan representado el espíritu de Chevrolet a lo largo de su primer siglo de vida. En enero de 1918 salían a la luz los primeros modelos de caja abierta firmados por el fabricante de «la pajarita».1397124194

Evocadora imagen del «pickup» Cameo (1955) que rompía estéticamente con realizaciones anteriores.

Evocadora imagen del «pickup» Cameo (1955) que rompía estéticamente con realizaciones anteriores.

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Hace nueve décadas. Durante sus primeros seis años de existencia, entre 1911 y 17, Chevrolet sólo fabricaría coches de pasajeros. En enero del 18, se lanzaban los primeros modelos de camionetas con caja abierta —pickups—. Desde entonces, la marca de «la pajarita» ha producido millones de unidades de unos vehículos que bajo el lema: «trabaja duro, juega duro», han acabado por convertirse en auténtica marca de la casa para el fabricante estadounidense.

Del pionero modelo «490» al futuro Colorado que Chevrolet lanzará dentro de un año —en 2013—, una decena de modelos, y más de nueve décadas, nos contemplan…

Un par de modelos con motor de cuatro cilindros darían, a principios de 1918, el pistoletazo de salida a la producción de camionetas en Chevrolet. Ambos modelos ofrecían una configuración de «chasis abierto» que acabaría por convertirse en el santo y seña de una producción que, por entonces, salían de la cadena de montaje tan desnudos como que deberían ser los propios clientes los encargados de vestir las camionetas a voluntad y según las necesidades específicas de cada trabajo.

Con un precio de 595 dólares, aquella camioneta ligera de media tonelada era, básicamente, el coche 490… sin carrocería, aunque se incluían de fábrica unos amortiguadores traseros reforzados para que, lógicamente, «el coche» se convirtiese en una «camioneta» ligera, ágil y económica para todo tipo de empresas.

La Chevrolet «Modelo T» (T de «truck», camioneta, no confundir con el célebre modelo de Ford), con una tonelada de capacidad de carga, costaba 1.125 dólares —sin carrocería— y llevaba una estructura de camioneta más alargada y fuerte que la de su homóloga de media tonelada, mientras el motor de 37 CV era capaz de mover cargas pesadas a 40 Km/h., la velocidad máxima permitida entonces por la ley norteamericana.

Durante los «felices 20», coincidiendo con el auge del comercio, la construcción y el trazado de nuevas carreteras, las camionetas alcanzarían su mayoría de edad; así que, paralelamente, las populares camionetas Chevy batirían récords anuales de ventas hasta 1929, año en el que Chevrolet conseguiría vender más de 187.000 unidades.

La presentación, ese mismo año, del legendario 6 cilindros «Cast-Iron Wonder» de hierro fundido, que montarían todas las camionetas ligeras de Chevy hasta 1955, marcaría otro hito en la producción de la compañía que, a partir de 1930, entrega la mayoría de sus camionetas con cabina y caja de carga o carrocería completa.

En los Estados Unidos, cualquier camioneta Chevrolet con varias décadas de antigüedad, es considerada como auténtico patrimonio nacional, aunque este tipo de vehículos esté también muy arraigado en otros muchos países, máxime cuando, a mediados de los años 20, General Motors estableció una red mundial de fábricas para montar coches y camionetas de Chevrolet, cuyo máximo exponente era —y sigue siendo— el mercado brasileño, segundo en importancia mundial para los productos de «la pajarita».

A mediados de los años 30, cuando la economía estadounidense comenzaba a recuperarse de la Gran Depresión, Chevrolet pugnaba por el liderazgo de un mercado de camionetas en pleno resurgimiento con algunos de los modelos más potentes, innovadores y modernos producidos hasta la fecha.

Así, la pickup de 1934, íntegramente diseñada para lidiar con el exigente trabajo al que se destinaban —y destinan— unas camionetas que, hasta entonces, se fabricaban sobre chasis adaptados de coches de turismo y, un año después (1935), Chevrolet presentaba la que se convertiría en todo un icono: la Suburban Carryall, con chasis de media tonelada y capaz para ocho pasajeros o una «cuadrilla» con todas sus herramientas para llegar a cualquier sitio… donde hubiese una carretera.

Además, el mantenimiento de su resistente carrocería de acero era más sencillo que el de las camionetas con carrocería de madera de la época.

Así que, con la Suburban Carryall de 1935, Chevrolet inventaba los todoterreno ligeros.

Un par de años después, en 1937, el fabricante presentaba nuevas camionetas, más estilizadas, que muchos consideraron entonces como uno de los mejores diseños del momento.

Esa versión pickup del 37, con carrocería más resistente y motor más potente (78 CV), cubriría un agotador recorrido de pruebas: 16.400 kilómetros, alrededor de los Estados Unidos y bajo la supervisión de la AAA (Asociación USA del Automóvil), cargando 477 kilos y marcado un consumo medio de 11,3 litros de gasolina por cada centenar de kilómetros.

Claro que la verdadera revolución llegaría en 1947 de la mano de las camionetas de la celebrada serie «Advance-Design», primeras completamente rediseñadas por General Motors tras la II Segunda Guerra Mundial, haciendo caso a las demandas de unos usuarios que solicitaban un habitáculo más espacioso y cómodo, mayor visibilidad y una caja de carga más ancha; los diseñadores de Chevrolet se lo dieron… con creces: estilo «limpio» y atractivo, faros delanteros situados en los extremos de los guardabarros y parrilla frontal de cinco barras horizontales; un diseño que, a más de convertirse en marca de la casa, se mantendría vigente hasta 1953-55, cuando Chevrolet introdujo un nuevo frontal. Estilismo que, al día de hoy, ha acabado por convertirse, de la mano de los modelos vintage Advance-Design, en piezas de colección.

El lanzamiento (1955) de versiones con tracción total y la extrapolación (1959) de aquellas pronunciadísimas aletas traseras de los turismos Bel Air al diseño de las camionetas marcaría… El Camino, modelo que combinaba lo mejor de ambos mundos: el de los coches y el de las camionetas. Tan longeva la unión, que El Camino llegaría hasta 1978, año en el que se transformaría en la plataforma del Chevrolet Malibu para, nueve años después, abandonar definitivamente los catálogos de la marca; aunque Chevrolet sigue, al día de hoy, recibiendo sugerencias para reeditar el modelo.

A finales de los sesenta (1967),las camionetas Chevy estrenaban nueva estética: cabina de silueta rebajada y generosos pasos de rueda, asentada sobre un también nuevo chasis y nuevas geometrías de suspensión, mientras el K-5 Blazer 4x4 del 69 se convertía en una original opción de pequeño todoterreno.

Con el principio de los setenta, la Suburban y su nueva carrocería de cuatro puertas, sustituía la tendencia de las tres puertas vigente 1967 y 1972. Más grande y con capacidad para nueve pasajeros, la Suburban era más grande, alargada y robusta que cualquier otra ranchera familiar del momento. Incluso el paquete opcional «Cheyenne Super» añadía detalles de lujo y confort, a la vez que ofrecía de serie el motor V8 de «bloque pequeño» (5.735 centímetros cúbicos).

Disponible en versiones de 2 o 4 cuatro ruedas motrices, la Suburban de 1973 formaba parte de una rediseñada línea de camionetas C/K, que acabaría por batir récords de producción: más de un millón de camionetas en un solo año. Aquellos modelos del 73, definirían el estilo hasta principios de los años noventa; de forma que, durante prácticamente veinte años, la Suburban se convertiría en el modelo favorito en Estados Unidos para los viajes vacacionales, un favoritismo que se extrapolaba a otros muchos mercados internacionales.

Y lo mejor: además de dar a conocer al gran público el concepto SUV, la Suburban terminaba por convertirse en el vehículo con mayor recorrido de la historia del automóvil, con multitud de versiones producidas ininterrumpidamente desde 1935 y que, en el pasado 2010, celebró su 75 aniversario.

Con el XXI a la vista, los pickups Silverado (1999) definían mucha más firmeza su línea estética que con tanta autoridad había definido a los anteriores modelos de camionetas —entre 1988 y 1999—, mientras su interior ofrecía todas las prestaciones de confort y lujo equiparables a los coches de turismo y no tanto a las propias camionetas aunque, como tantas veces, sus principales innovaciones no estaban precisamente a la vista: nueva estructura modular extremadamente firme y robusta.

A renglón seguido, en el 2000 llegarían los nuevos SUV Tahoe y Suburban; los primeros Silverado HD en 2001, con aerodinámica mejorada y animados por potentes mecánicas V8.

¿Y el futuro?

El futuro se escribe en clave de nuevo Colorado, todo una histórica propuesta para la revitalización comercial de las camionetas y, además, un nuevo SUV: el TrailBlazer que, basado en una nueva plataforma de tamaño medio, Chevrolet lanzará en 2013. La historia continúa...

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