Diario de León

MOTOR

Audi TT Roadster. Dual…

Dos en uno… a «cielo abierto». La nueva propuesta descapotable de Audi, el renovado TT Roadster, mantiene las bondades de la arquitectura Coupé, por rigidez, seguridad y dinamismo transformando, en diez segundos… su fisonomía. La tarifa arranca en 44.650 euros.

Audi vuelve a «gustarse» con el preciosista TT Roadster, biplaza descapotable.

Audi vuelve a «gustarse» con el preciosista TT Roadster, biplaza descapotable.

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ
León

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Deportividad tecnológica. Si las dos anteriores generaciones del TT ofrecían versiones descapotables, este nuevo Rodaster, que tiene un sobreprecio de 3.200 euros respecto a la carrocería cerrada, se ofrece en tres versiones: tracción delantera y cambio manual, tracción delantera y cambio automático de doble embrague S-Tronic y tracción total permanente Quattro y cambio S-Tronic.

También como en su hermano cerrado, el TT Roadster «utiliza» profusamente —hasta el 42%— piezas realizadas en aluminio y aceros especiales, con lo que el conjunto puede seguir presumiendo de una extrema ligereza: entre 1.395 y 1.500 kilos, según versiones de motorización y acabado, aún con los refuerzos estructurales inherentes a su condición de descapotable (marco del parabrisas, largueros del suelo, arcos antivuelco…) que acaban por incrementar la romana en escasamente un centenar de kilos.

Eso sí, habrá que pagar el lógico peaje en la capacidad del maletero: 280 litros en lugar de los 305 de los que se dispone en el TT Coupé, con lo que el Roadster —por «eso» lo es— se convierte en un estricto biplaza; a cada cual… lo suyo.

La preciosista capota… de lona —¡pues claro!— puede elegirse en tres colores (negro, gris y beige), hace gala de una impecable realización y solamente precisa de diez pequeños segundos para abrirse y cerrarse (en marcha, hasta 50 por hora); pesa 39 kilos (3 menos que la del antecesor) y, cerrada, propicia una excelente aerodinámica general del coche (Cx de 0,30). Y algo más: se mantiene siempre perfectamente tensada, porque ambos motores eléctricos, el que abre y el que cierra, la estiran cada vez que pierda tensión.

Sin olvidar —¡sólo faltaba!— el paravientos (eléctrico y de serie) mantiene el confort de los ocupantes cuando se rueda a cielo abierto obviando las turbulencias.

Hablando de equipamiento de serie, el TT Roadster dispone de elementos como el «Active Lane Assist» (asistencia al desvío involuntario de carril), la instrumentación «Virtual Cockpit» (configuración a voluntad de la información del cuadro) y, si se quiere optar… tracción total permanente Quattro, con sistema multidisco Haldex de última generación, bastante más rápida en la variación del reparto de par entre ambos ejes merced a contar con, casi, un centenar de parámetros para que el sistema «determine» —y anticipe— el reparto ideal en aceleración y en curva.

Por lo demás, las propuestas mecánicas también están a la altura de las circunstancias, desde el pequeño 2.0 TDI de 184 CV (7,3 segundos de cero a cien y 4,3 litros de consumo medio) hasta el grande gasolina turboalimentado de inyección directa 2.0 TFSI de 230 CV (80 más que su antecesor), cuya versión Quattro sprinta de cero a cien en 5,6 segundos y homologa un consumo medio de 6,7 litros por cada centenar de kilómetros.

Cuando se elige el modo «Dynamic» en el «Drive Select», también se personaliza el funcionamiento de la tracción Quattro, dando más par al tren posterior, con la consiguiente sensación de pilotaje… un gustazo.

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