De retrovisores… a cámaras

BMW se apunta a la moda ‘sin retrovisores’… exteriores que, en el caso del prototipo i8 Mirrorless, se sustituyen por cámaras —muy compactas— capaces de ampliar el campo de visión del conductor. Dos cámaras de aspecto insignificante, ubicadas en sendos enganches aerodinámicos, que sustituyen a los retrovisores convencionales y cuentan también con una tercera cámara montada en el borde superior de la luneta trasera, conforman una «unión de imágenes» que acaba por unirse en una sola de alta resolución ‘suspendida’ en la posición del espejo retrovisor. La imagen del tráfico zaguero cubre un mayor ángulo de visión del que ofrecen los retrovisores exteriores y el interior. Así que, tal parece que los peligrosos «puntos ciegos» acaben por ser cosa del pasado.

El monitor, de 300 milímetros de ancho y 75 de alto, es algo más grande que la sujeción de un espejo interior actual, aunque tiene un aspecto más atractivo, con una carcasa redondeada en sus extremos, de forma que el tráfico trasero aparezca en visión panorámica. El sistema evalúa las imágenes de la cámara y responde inmediatamente a posibles peligros: si el conductor pone el intermitente, y un vehículo se acerca por detrás a mayor velocidad, aparecerá instantáneamente un icono en el monitor, que se agrandará a medida que se acerque el peligro; aún más, si —por ejemplo— se gira en un semáforo, el vehículo «identificará», a través de los intermitentes, que está girando en una esquina, de forma que la imagen «gira» automáticamente en el monitor hacia el lado correspondiente, extendiendo el área de visión de la misma. También si un ciclista se aproxima por detrás de «nuestro» coche, se iluminará la alerta.