Cinco horas… en Durango
En la Panamericana de 1952, Linge trabajaría desde las once de la noche hasta las cuatro de la mañana desmontando el motor, limpiando las válvulas, acortando las guías y ajustando el carburador; volver amontarlo se antojaba tarea imposible para un solo hombre; así que, el propio Neubauer, Karl Kling (líder de la carrera) y Hermann Lang (segundo clasificado), le ayudaron. Tras 23 horas, 18 minutos y 15 segundos, Metternich cruzaba bajo la ajedrezada en Ciudad Juárez: octavo en Sport y vencedor de la categoría de hasta 1.500 centímetros cúbicos.
Una noche que quedaría grabada en el alma de los cuatro; tanto, como que en 1986, en la inauguración del circuito de Hungaroring (Budapest), Lang se acercó a Linge: «Herbert, ¿te acuerdas de cómo montamos ese motor en México?»… «Por supuesto que lo sigo recordando», apunta ‘el mecánico’ a sus 94 años de edad.