Diario de León

Modelos entre bastidores

Maquillaje, peluquería y vestuario son los elementos básicos de cualquier backstage. Todo un mundo oculto al público

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León

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Cuando una entra en el backstage de un desfile de moda se da cuenta de que eso es otro mundo. La trastienda de la pasarela es un hervidero de gente que contrasta con la aparente tranquilidad que se percibe cuando lo que se ve es el desfile en sí.

Pasos largos, pero lentos, movimientos suaves para ver la prenda en todo su esplendor en un paseo tranquilo de cara al público es todo lo contrario de lo que sucede una vez que perdemos de vista a la modelo detrás del bastidor. Ahí comienza una carrera maratoniana que terminará, aunque sólo a medias, apenas dos minutos después con el siguiente pase. En ese tiempo, hay que cambiarse de modelo y estar lista para poner de nuevo un pie sobre la pasarela. Así es la moda, un movimiento constante.

Mucho personal

Organizar un desfile requiere mucha organización y son muchas personas las que se encargan de que todo esté listo a tiempo. Solamente en el backstage de la Semana de la Moda de Castilla y León que se ha celebrado esta semana en Burgos más de 20 personas se dedican a ayudar a las modelos a vestirse y desvestirse. Además, están los equipos de maquillaje y peluquería, estilistas, técnicos y encargados de la puesta en escena, una de las partes más importantes al estar de cara al público. En total, más de 200 profesionales de diversos sectores como el creativo, organización, produción, logística y otros como modelos, personal de seguridad, etcétera. Los hay hasta para «sujetar» a las modelos en su carrera de la pasarela a los vestuarios.

Y eso en una pasarela como de la Castilla y León, que ha celebrado este año su duodécima edición. Cada vez se va profesionalizando más y cuenta con modelos de renombre nacional e internacional (Madeleine Hjört fue la gran estrella este año, junto con la española Arancha Santamaría) y profesionales conocidos en el sector de la moda nacional. Tres días de desfiles con una treintena de diseñadores de Castilla y León (entre los que han estado los leoneses María Lafuente, Susana Escribano, Santiago García o Íntima Farae, entre otros) frente a los seis días y 51 diseñadores de la pasarela Cibeles, el referente nacional en moda que este año ha celebrado ya 51 primaveras. Aún queda camino por recorrer. Pero poco a poco.

En el backstage, las modelos van llegado minutos antes de que empiece el desfile. Primero, maquillaje y después peluquería antes de enfundarse el modelo a lucir. Hay tal movimiento que cualquiera pasa desapercibido. Nadie sabe quien es casi nadie. Las únicas que se diferencian de sobra son las modelos. Altísimas -”todas rondan el metro ochenta-” y delgadísimas. Muy, muy delgadas. A cada una se le pregunta cuando llega de qué diseñadora va a vestirse y ahí comienzan los preparativos.

Cada diseñador ha establecido ya unas pautas previas con los responsables de peluquería y maquillaje a seguir. «Susana Escribano, coleta alta con muelle», grita Moncho Moreno, responsable de peluquería. Todos se ponen en marcha mientras a la modelo la cepillan el pelo, le aplican la base de maquillaje y le ponen horquillas. Todo al mismo tiempo. Disponen de pocos minutos para la puesta a punto y aquí el tiempo es fundamental. Todo es orden en este aparente desorden.

Las notas dominantes: el negro, los volúmenes y el taconazo que lucen las modelos en cada uno de los seis desfiles de la tercera y última jornada de la Pasarela de la Moda de Castilla y León que se celebró en el burgalés Palacio de la Merced. La mayoría participaron en tres o cuatro pases, menos Madeleine Hjört, que hizo pleno.

En el backstage, unas se someten a las manos expertas de los profesionales de la estética mientras otras permanecen a la espera de que les llegue su turno. Son seis diseñadores mas las jóvenes promesas del mundo del diseño castellano y leonés los que tienen cita hoy en la pasarela y la tarde da para mucho.

Media hora entre diseñador y diseñador con el ritmo que pone la escasez de tiempo. Algunas aprovechan para tomarse un tentempié. Nada de dulce. Fruta, agua y algún té frío para mantener el tipo sin pasar hambre. Como mucho, Coca-Cola Light. Aquí no valen excesos.

Cuando las modelos están desfilando, llegan los momentos de tranquilidad al backstage. Aún así, todos esperan con la brocha en la mano por si se presentase algún imprevisto. Ellos esperan pacientes su turno en las escaleras que dan al escenario por el que deben desfilar. Serán una veintena de pasos antes de volver a correr para vestirse el siguiente diseño.

Esta edición de la Pasarela de la Moda de Castilla y León dejó lo mejor para la última jornada, a la que se encargó de poner punto y final la burgalesa Amaya Arzuaga. Además, no faltó a la cita la leonesa María Lafuente, con su colección Luz, inspirada en el neoexpresionismo abstracto y con dibujos del artista Pedro Sandoval sobre vestidos de cuero.

Susana Escribano también representó a León en la jornada de clausura con una colección en blanco y negro y con mucho volumen. Pero no sólo ellas dos. Santiago García, Teleno e Íntima Farae también llevaron el diseño leonés por Castilla.

Pero eso es lo que vieron todos. La cara visible de la moda. El resto, de puertas para dentro, se queda en el backstage.

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