Un terremoto y un tornado en el museo
El Museo Nacional de la Energía tiene una vocación divulgativa de la ciencia y, particularmente del mundo energético, pero no quiere prescindir de hitos espectaculares que permitan a sus visitantes sumergirse en experiencias únicas.
El Bosque del Carbonífero, planteado como un paseo por el paisaje peninsular de hace 300 millones de años es uno de estos hitos.
El proyecto museográfico de la central térmica de Compostilla I, donde irán las exposiciones permanentes, contará también con un simulador de terremotos y un túnel de viento para facilitar la experiencia de un tornado. «Son hitos con capacidad de atracción, pero siempre con una base científica», señala la responsable del programa del MNE.
El museo está planteado como un recurso de ocio cultural y turístico del que no se quiere apartar la parte lúdica, ni prescindir de la faceta investigadora. Con este cóctel se pretende contribuir al desarrollo del Bierzo. El museo se da ya a conocer en el 50% de los colegios bercianos y ya tiene relación con otros museos «hermanos» como el Museo Regional de la Siderurgia de Sabero, con quien colaboró en la semana de la ciencia.