Diario de León

Ante la 'tormenta perfecta'

El temor a la deflación hace apenas un año y medio deja paso al efecto contrario, que puede ahondar en el temido estancamiento Los expertos indican que la única solución que hay en estos momentos para acabar con la estanflación es alcanzar un p

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teresa velasco
León

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España lleva tres largos años navegando en aguas revueltas, cuyas olas parecen ir tomando altura a base de desconfianza y unos datos que no terminan de despegar sino que, más bien, han empezado a campar a sus anchas. La fuerte oleada viene ahora incorporada en un huracán que podría traernos una especie de tormenta perfecta a través de unos precios que empiezan a descontrolarse. El riesgo es que a partir de ahí se desencadene un tsunami y la economía acabe de nuevo en una crisis más aguda.

El control de la inflación, con la crisis, se dejó en la bodega. Incluso en el 2009 atravesamos un periodo de deflación ante el vertiginoso descenso de los precios, que trajo ganancias de poder adquisitivo a colectivos tan importantes como los más de ocho millones de pensionistas. Pero en los comienzos del 2011, en que se empieza a hablar de ciertas signos de recuperación y en que los datos macroeconómicos, siendo malos, no lo son tanto como en el pasado más reciente, hemos derivado del peligro de la deflación a la estanflación, esto es a un incremento significativo de los precios, al tiempo que hay estancamiento económico, y una tasa de paro que ya ha superado el 20%.

La responsable de Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), María José Fernández, argumenta que la actual subida de los precios obedece a tres factores: el incremento de los costes energéticos, por encima de la tasa del 10% y camino del 15%; el encarecimiento de los alimentos no elaborados, con una tendencia ascendente debido a las condiciones meteorológicas y el alza de la cotización de las materias primas en los mercados internacionales; y, en tercer lugar, el aumento de los tipos impositivos, los del IVA en julio pasado y los del tabaco en diciembre.

Considera Fernández que la subida de los precios no se debe al incremento de los salarios, como ha ocurrido hasta ahora, cuando generaban una espiral de mayor consumo, más demanda de producto y el consiguiente encarecimiento. De momento, según explica María José Fernández, no hay que preocuparse porque la inflación subyacente (en la que no se incluye ni la energía ni los alimentos elaborados) sigue estando baja. Por tanto, el problema se ha dado, sobre todo, por la subida del IVA, que ha repercutido con un 1,5% en la tasa de inflación.

Malestar

Pero esta situación genera el malestar entre los ciudadanos que, según explica la experta de Funcas, «no nos queda más remedio que asumir la pérdida de poder adquisitivo». La otra opción, que pasaría por incrementar los salarios, lo único que conseguiría es comenzar otra espiral más peligrosa: reducir los márgenes empresariales, lo que supondría trasladar sus pérdidas al precio de los productos, una caída de la inversión y un aumento del paro. La subida actual de los precios supone un traspaso de la renta hacia el Estado, sostiene esta experta, que justifica la necesidad de que esto ocurra porque de lo contrario se produciría a costa de los márgenes empresariales Y eso que los precios energéticos ya han empezado a afectar los márgenes empresariales, aunque sólo en todo lo relacionado con el coste de la gasolina.

Si llegara a producirse la estanflación, que María José Fernández descarta con rotundidad que vaya a suceder, sería todavía más difícil salir de la crisis. Pero tal y como están evolucionando los indicadores macroeconómicos, «no creo que haya una recaída de la crisis», aunque «nunca se puede descartar». La subida de la inflación lo que sí va a provocar es una ralentización en la recuperación, lo que se viene a unir a «nuestros desequilibrios», que son los que ya nos están haciendo salir mucho más despacio que otros países de nuestro entorno europeo.

Por todas estas razones, Fernández descarta que el Banco Central Europeo (BCE) vaya a incrementar los tipos de interés a corto plazo, dado que la inflación subyacente aún sigue siendo muy baja en toda Europa. Sólo subirían si aparecen los llamados efectos de -˜segunda ronda-™, la cual vendría originada por un aumento generalizado de los salarios en la -˜zona euro-™. Por tanto, en su opinión, solo si se produjera una estanflación porque se elevaran los precios, el organismo que preside Jean-Claude Trichet actuaría.

En este sentido, cabe recordar que la inflación media en la UE se situó a finales del 2010 en el 2,2%, y por eso no han saltado las alarmas. Lo contrario que en España, donde ya ha empezado a convertirse en una nueva preocupación, aunque Fernández lo ve «muy improbable» por las actuales circunstancias que vive la economía.

Sin embargo, el profesor del IESE, Javier Díaz-Giménez, no es tan optimista como lo son Funcas. Apunta que España tiene una inflación por encima de la media de la -˜zona euro-™ (3% frente al 2,3%), un crecimiento económico muy por debajo y el doble de la tasa de paro. «No es que se corra el riesgo, es que técnicamente ya estamos en la estanflación», afirma. La situación «ya es un problema».

Otro pacto

La única solución que hay en estos momentos para acabar con la estanflación es alcanzar un pacto nacional de salarios, sostiene el profesor del Iese, dado que el resto de los problemas que presionan al alza los precios (petróleo, materias primas o impuestos) son iguales para todos. «La diferencia está en las retribuciones», hace hincapié Díaz-Giménez, para apuntillar que si éstas bajan -"como ya está pasando, reconoce-", «los precios crecerán menos».

Las decisiones del Gobierno de congelar las pensiones públicas y bajar el sueldo a los funcionarios «no son suficientes», matiza este experto, porque «tendrían que decrecer todos los salarios». Ahí reside el problema, no en el dinero que se debe aportar a las cajas o a políticas para reactivar la recuperación. Según recuerda, en 2009, año en que España registró deflación (caída de precios continuada), tampoco descendieron las retribuciones al mismo nivel que los precios.

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