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merkel calienta motores para ganar

La canciller alemana acepta las propuestas de sus socios de Gobierno para fortalecer la coalición de cara a las próximas legislativas

La canciller alemana, Angela Merkel, en una imagen de la semana pasada.

La canciller alemana, Angela Merkel, en una imagen de la semana pasada.

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almudena de cabo
León

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La canciller alemana, Angela Merkel, empieza a calentar motores a un año de las elecciones. Como buena timonel sabe que lo primero de todo es solucionar los problemas internos de la tripulación del actual Gobierno de coalición para evitar zozobrar en los últimos meses, algo que podría acabar con sus pretensiones de mantenerse en su puesto al frente de la mayor economía de Europa.

Desde hace más de un año, las disputas entre los socios de su Ejecutivo le están pasando factura. La falta de consenso entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, la Unión Cristianosocial (CSU) y el Partido Liberal (FDP) ha quedado patente en varias votaciones en el Bundestag (Cámara baja). En más de una ocasión la mandataria germana se ha visto obligada a negociar con la oposición para sacar adelante acuerdos importantes, como el Pacto Fiscal y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MedeE), por no contar con la conocida como «mayoría del canciller», es decir, el apoyo suficiente de dentro de su propio Gobierno.

El ‘matrimonio’ soñado de Merkel con el que tradicionalmente era su mejor aliado se tornó en pesadilla. Inmersa en intentar solucionar la crisis de la zona euro y en pelear por imponer su política de austeridad para seguir llevando las riendas de la política de los Veintisiete, Merkel no puso demasiado ímpetu en solucionar los problemas internos. Sin embargo, la cuenta atrás en la carrera hacia las urnas y la pérdida de simpatizantes del FDP, que incluso podría hacer peligrar su presencia en el Bundestag, ha obligado a todos los partidos del Ejecutivo de coalición a ceder y aprobar exigencias de unos y otros.

Tras ocho horas de reunión hace unos días, Merkel y sus socios de Gobierno acordaron una serie de medidas sociales, calificadas por la oposición como «caros regalos» y un «show para la lucha electoral». La más polémica de estas medidas es la ayuda económica a los padres que decidan cuidar a sus hijos menores de tres años en casa. A partir del 1 de agosto del 2013, las familias que opten por no llevar a sus hijos a guarderías recibirán 100 euros por hijo al mes y un año después la subvención subirá a 150 euros.

Los detractores de esta medida —conocida como «la prima del fogón»— critican que fomenta que las mujeres se queden en casa cuidando de sus hijos. Y creen que este acuerdo no soluciona uno de los principales problemas de Alemania en materia de educación: su déficit de guarderías. El candidato del SPD a la cancillería, Peer Steinbrück, señaló que con esta ley propuesta por la CSU «se vuelve al modelo del hombre en el trabajo y la mujer en la cocina». En su opinión es «algo estúpido y un retroceso social» y anunció que la abolirá en cuanto alcance el poder.

Otro de los acuerdos fue incrementar ligeramente las pensiones de todos aquellos que hayan cotizado el número máximo de años y que aun así se encuentren por debajo de los 688 euros a los que asciende la ayuda social. Al final se situarían 10 o 15 euros por encima del subsidio social, algo calificado por el SPD como «cinismo».

Adiós al copago

Pero sin duda, la más popular de las medidas acordadas fue la abolición, a propuesta del FDP, del copago sanitario de 10 euros por cada trimestre que se visite el médico. Este impuesto reporta 2.000 millones de euros anuales a las cajas de salud, pero es muy impopular entre los médicos por la burocracia que supone y porque tampoco ha conseguido reducir el número de pacientes en las consultas.

El éxito en el tira y afloja de los gobiernos de la coalición de Merkel allana su camino hacia la próxima cita electoral. Sin embargo, a la luz del último sondeo de Infratest dimap, solo un 28% de los ciudadanos cree que los acuerdos alcanzados sean decisiones importantes. Merkel sigue al frente de todas las encuestas sobre intención de voto, pero no por sus medidas populistas, sino por su gestión de la crisis

Lo que más importa a los alemanes es su dinero y quieren que su canciller permanezca firme como hasta ahora. En un cara a cara entre ella y Steinbrück, el candidato del SPD apenas obtendría un 36% de los votos frente a un 51% que votaría por Merkel.

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