Detente, mira y escucha
N o hay maestro que no pueda ser discípulo (Baltasar Gracián).
El otro día, releyendo un antiguo trabajo de la universidad me encontré con una cita que captó mi atención, los grupos sociales más dinámicos tienen varios proyectos de futuro . Me encantó reencontrarme con estas palabras y decidí que, a partir de ahora está frase se convertiría en una de mis máximas de cabecera porqué ¿a quién no le gusta ser o, por lo menos pensar que es el colmo del dinamismo y la originalidad? Y, por otra parte, ¿Quién es tan pobre de espíritu como para no plantearse ,sino varios, al menos un proyecto de futuro?.
En fechas como estas en las que, inevitablemente, todos echamos la vista atrás para hacer balance de nuestros éxitos y fracasos he decidido que de manera excepcional y teniendo en cuenta el ambiente apocalíptico que se respira, sería conveniente que, en esta ocasión, el balance fuera un poco más amplio.
De toda una vida se sacan muchas conclusiones positivas, sobre todo cuando tienes edad suficiente para verlas con perspectiva. Si hemos sido personas conscientes y consecuentes tendremos muchos motivos para celebrar nuestra existencia: habremos sentido el amor incondicional y el desamor que todo lo arrasa, la lealtad y la confianza en los demás y en uno mismo, la capacidad del ser humano para…para casi todo: soñar, pensar, crear y, aprender.
Para la sociedad de la antigua Roma el conocimiento se distribuía en dos ramas, la de la elocuencia (trivium: gramática, dialéctica y retórica) y la de las matemáticas (quadrivium: aritmética, geometría, astronomía y música), del dominio de ambas resultaban los que, en ese momento, eran los líderes del mañana, nombres como Cicerón, Catón o el propio César hacían uso de la palabra con tal maestría que dejarían literalmente en bragas a nuestros actuales «tribunos».
Si dejamos a los romanos y nos centramos en el momento actual me doy cuenta de que ningún pseudo-adulto de los que me rodean aspiran a ser conquistador de las Galias o brillante orador, no, las aspiraciones ahora son más terrenales y accesibles gracias, en parte, a la asignatura de tele basura que de manera constante imparte su saber a través de montones de profesorcillos especialistas en nada y conocedores de todo.
La caja tonta (más idiota que nunca) presenta como ser humano exitoso a un individuo/a sin oficio ni beneficio aparente, con vocabulario escaso en el mejor de los casos y, esencialmente, absurdo por definición. Eso sí, muy glamoroso/a. En una entrevista a una de estas cabezas pensantes, la periodista le preguntaba por su obsesión por las marcas a lo que el famosillo respondía-¿ Se puede vestir de otra manera?. Alucinada me hayo.
La democratización de la moda nos ha dado alegrías al facilitarnos un acceso low cost a una ropa que, de otra manera sería inaccesible para la mayoría, pero también ha traído en parte la pérdida de la individualidad. Muchas veces renunciamos a vestirnos de manera original o acorde a nuestra personalidad por miedo al desprecio y al ofensivo rechazo de los demás, pues bien, aquí tienes mi consejo de estilo: vístete cómo te dé la gana y, si te ofenden, haz uso de la palabra para mandar al personal a paseo, eso sí, con educación. Como reza el dicho « nadie nace aprendido» , todo y todos lo que nos rodean pueden aportarnos algo, merece la pena que estés alerta…detente, mira y escucha.