Diario de León

erin brockovich

un brillo que se apaga

Desde que Julia Roberts conmocionara a medio mundo y se alzara con un Óscar al interpretarla, la imagen de esta heroína de carne y hueso se ha ido deteriorando

Arriba, la actriz Julia Roberts durante una escena de la película Erin Brockovich. A la derecha, la activista estadounidense, a su llegada al aeropuerto internacional de Toncontin para recibir un reconocimiento del Gobierno hondureño por su labor a favor

Arriba, la actriz Julia Roberts durante una escena de la película Erin Brockovich. A la derecha, la activista estadounidense, a su llegada al aeropuerto internacional de Toncontin para recibir un reconocimiento del Gobierno hondureño por su labor a favor

Publicado por
RICARDO ALBILLOS
León

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Erin Brockovich se dio a conocer como una defensora a ultranza de los consumidores y su insistencia permitió que el abogado Ed Masry defendiera a los residentes del pueblo de Hinkley, en California, contra la empresa PG&E, que había estado contaminando la zona con vertidos tóxicos. O, visto de otra manera, se trataba del caso de una joven madre soltera (Brockovich) de dudoso gusto con la ropa y escasa preparación intelectual, capaz de llevar a los tribunales una demanda millonaria contra una compañía por envenenar el agua con sus vertidos.

En realidad, el origen de la película estuvo en una mesa de masajes, donde la esposa de uno de los productores del filme, Carla Shamberg, supo de la historia de Brockovich, ya que ambas compartían la misma masajista. «Nos limitamos a contar lo que realmente pasó, porque siempre era mucho más interesante que cualquier licencia dramática que nos hubiéramos tomado», afirmó el productor Michael Shamberg.

El caso real consiguió el acuerdo monetario más alto por contaminación, 333 millones de dólares, y luego Hollywood convirtió aquella cruzada en un éxito de taquilla, donde el papel de Brockovich fue interpretado por Julia Roberts, y el de Masry por Albert Finney.

el PELIGRO De la fama

Sin embargo, poco después de que Julia Roberts consiguiera su primer Óscar por el papel protagonista en este filme, en marzo de 2001, la auténtica heroína figuró en la acusación de soborno y extorsión contra tres detenidos. Entre ellos, se hallaba Jorg Halaby, ex novio de Brockovich, y los tres la amenazaron con divulgar en los medios de comunicación que era una mala madre y que había mantenido relaciones sexuales con el abogado Masry.

«Desafortunadamente, parte del precio que pagas por ser famosa estos días es que gente sin escrúpulos trata de aprovecharse de ti», indicó Brockovich entonces en un comunicado.

La detención de los acusados tuvo lugar después de que Brockovich, Masry y su abogado entregaran el dinero del soborno a los presuntos extorsionistas.

La popularidad de Brockovich estaba, en aquellos días, por las nubes, y éste no fue el único incidente que tuvo que aguantar.

Según la revista Time , muchos de los habitantes de Hinkley estaban furiosos contra la imagen con la que fueron representados en el filme, «como si fuéramos estúpidos», señaló uno de los entrevistados.

Pero Brockovich supo nadar en las revueltas aguas de la fama, y la televisión le abrió sus puertas por dos veces: primero, en un programa especial titulado Challenge America with Erin Brockovich: The Miracle in Manhattan , que intentó solucionar un problema judicial neoyorquino. Y, después, al frente de Final Justice , un reality show»donde se mostraban diferentes casos de mujeres que se habían enfrentado al sistema, un programa de la cadena Lifetime que llegaba a 85 millones de hogares en Estados Unidos.

No obstante, de forma progresiva, Brockovich fue descendiendo de la cresta de la ola de la fama. Unos la atacaban porque la incidencia del cáncer en Hinkley no era superior a la de otras localidades, frente a la teoría defendida en los tribunales por ella de que la contaminación ambiental que generaron los vertidos de la compañía contribuyeron al envenenamiento paulatino de la población. Además, otras de las demandas de Brockovich sufrían los mismos problemas: por ejemplo, la que acusó a unos pozos petrolíferos en Beverly Hills de ser la causa de ciertos tumores que afectaban a la comunidad de la zona: una investigación aclaró que no existían pruebas sobre ello.

No obstante, lo que ha emborronado los contornos de rectitud de Brockovich ha sido su reciente arresto por conducir un bote con unas copas más de las permitidas, en concreto, el doble. Brockovich intentaba hacer una maniobra con su bote en el muelle del lago Mead, cerca de Las Vegas, y la policía acudió al lugar después de ser avisada por el encargado del parque, tras una fuerte discusión entre la defensora del consumidor y ecologista y su marido.

Por el incidente, ha sido penalizada con una fianza de 1.000 dólares y tendrá que presentarse ante el juez el próximo 7 de octubre. «Nunca me alejé del muelle y no puse a nadie en peligro», se ha defendido ella en un comunicado. Sin embargo, lo peor fue la foto difundida de su ficha policial tras la detención: su cara descolocada por el alcohol, su rostro arrasado por la bebida. A sus 52 años, su brillo se apaga y parece que ha encajado mal que su matrimonio haya entrado en crisis, después de la solicitud de divorcio que Brockovich presentó en 2012 y retiró poco después y de la beligerante disputa del bote.

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