Diario de León

‘los brígidos’

la santa tormentera

«¡Qué santa Brígida te preñe los barcillares!», respondían los mozos de los oteros al vecino generoso cuando iban pidiendo casa por casa. el 1 de febrero es una fiesta muy leonesa, sin equivalentes en españa pero, curiosamente, sí en irlanda y en escocia

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nicolás bartolomé pérez/ emilio gancedo
León

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Hasta hace muy pocas décadas se celebró en León, especialmente en las zonas llanas y riberas del territorio de la Diócesis leonesa, una festividad dedicada a luchar contra unos seres mitológicos llamados renuberos , reñubreiros , renubeiros , troneiros o regulares , dependiendo de las comarcas, y de los que se creía que se encargaban de fabricar y dirigir las tormentas para descargarlas sobre cultivos y personas. De estos genios leoneses de la tempestad trataremos con más detalle en otra ocasión, pues ahora vamos a centrarnos en la fiesta de Santa Brígida, cuya organización correspondía a los mozos y que pretendía conjurar la acción de los renuberos mediante el toque incesante de campanas a ‘tente nube’ durante toda la noche de la víspera del día Santa Brígida, el uno de febrero.

Con el repique nocturno e insistente de las campanas, los mozos querían evitar que estos entes pudieran preparar las tormentas que enviarían meses más tarde sobre las cosechas. Y así, en muchos pueblos se conoce un refrán que alude a esta costumbre y del que reproducimos una variante en leonés procedente de la ribera del Órbigo: «Santa Brígida y San Turmenteiru, el primer día de febreiru».

La fiesta tenía peculiaridades locales muy interesantes, como en Izagre, donde los mozos, después de tocar las campanas la noche anterior, el día 1 de febrero se disfrazaban de brígidos con ropas grotescas y recorrían las calles haciendo ruido y llevando ruecas y husos. Los vecinos correspondían a los brígidos dándoles embutidos, huevos y vino para celebrar una merienda. En Los Oteros, como recuerda José Luis Alonso Ponga, la mocedad, también después de tocar las campanas por la noche, celebraba en esa fecha una cuestación, casa por casa, encabezada por un mozo que representaba a Santa Brígida al vestirse como una vieja con rueca y huso, como si estuviera hilando.

Cuando un vecino daba algún alimento, los jóvenes respondían con esta bendición para proteger las viñas: «¡Qué santa Brígida te preñe los barcillares!», y si un vecino se negaba a dar algo contestaban: «¡Ojalá se te apedreen!». Con lo recaudado, los mozos celebraban una merienda por la tarde. Además, las antiguas ordenanzas concejiles de diversos pueblos leoneses, como las de Reliegos, imponían que el día de Santa Brígida era fiesta de guardar y no se podía trabajar, pero no porque lo estableciera la Iglesia, sino porque era obligación impuesta por el concejo bajo pena de multa.

Santa Brígida de Kildare fue una santa irlandesa, seguramente apócrifa, que supuestamente vivió entre los siglos V y VI y que recibió una intensa devoción en Irlanda; bajo el patronazgo de esta santa se celebraba la fiesta moceril que estamos describiendo, pero llama la atención que Santa Brígida haya tenido un culto litúrgico exiguo en nuestra tierra que contrasta con lo arraigada que estuvo la fiesta durante siglos en las zonas rurales de la diócesis de León.

Esta tradición, que se enmarca dentro del período festivo invernal, no tiene equivalentes en España, pero sí, y esto es muy curioso, con las fiestas populares en honor a Santa Brígida que se celebraban en Irlanda o Escocia el primero de febrero, con procesiones de mozos que realizaban cuestación por los pueblos con una imagen que representaba a Santa Brígida mientras pedían aguinaldo de alimentos e invocaban la protección de la santa. Otra costumbre popular irlandesa propia de ese día era trenzar unas determinadas cruces de paja que se colocaban en la ventana para proteger la casa contra las tormentas, pues se creía, de un modo semejante a lo que ocurría en León, que el peligro de la tempestad invernal pasaba la víspera del día de Santa Brígida.

El hecho de que las mencionadas tradiciones populares leonesas e irlandesas relacionadas con Santa Brígida se celebraran el primero de febrero no tiene nada de casual, ya que en dicho día conmemoraban los celtas paganos Imbolc , uno de los cuatro grandes festivales celtas dedicado la diosa Brigit, asimilada en Irlanda como Santa Brígida siguiendo un procedimiento muy frecuente en los primeros tiempos del cristianismo.

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