Diario de León

La barba está de moda

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Son muchos los que se apuntan a la nueva moda. Lucir barba se ha convertido en una de las últimas tendencias entre los hombres, que aprovechan para dedicarse un rato a si mismos

David arregla la barba a un cliente en su local de la calle Conde Guillén de la capital.

David arregla la barba a un cliente en su local de la calle Conde Guillén de la capital.

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León

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Las toallas calientes forman parte del ritual que se hace en la Barbería Avenida de Roma. BRUNO MORENO.

Artículos antiguos de barbería. BRUNO MORENO.

La Barbería Avenida de Roma, un clásico en la ciudad. BRUNO MORENO.

Toallas calientes y bálsamos para el afeitado . BRUNO MORENO.

José Manuel González, en La Barbería. BRUNO MORENO.

Aceites y bálsamos. BRUNO MORENO.

Un pequeño museo de la barbería. BRUNO MORENO.

Se ha convertido en protagonista del estilismo masculino en los últimos tiempos. La barba está de moda y eso se ve en la calle. Bien cuidadas, estudiadamente desaliñadas, tupidas, sin bigote...las barbas tienen muchas interpretaciones y todas valen para ir a la moda.

Dicen que dejársela suele ir ligado a épocas de crisis económica y pesimismo sobre el futuro, lo mismo que ocurre cuando aseguran que las mujeres se preocupan y cuidan mucho más su físico cuando las cosas no van bien. Parece ser que el aspecto físico y la economía tienen cosas en común.

Las calles se han llenado de barbudos y a su calor han surgido nuevas barberías en las que cuidar el vello facial como se merece, mientras las que quedan de toda la vida resurgen gracias a este tirón que se ha extendido por el mundo entero. Una fiebre que obedece también a la moda por lo retro, según aseguran los que saben de esto.

Pero también ha supuesto una nueva forma de ocio y relax para el género masculino, entre quienes hay que piensan que lo de cuidarse no es sólo cosas de mujeres. «Los hombres se toman ahora el afeitado y el corte como un momento para ellos, casi como ir al spa», explica Francisco Mateos,, que regenta una de las barberías de toda la vida de León, la de la avenida de Roma, que así se llama también su negocio. Este local abrió en el año 1941 y Francisco se hizo cargo de él en el 97, después de llevar cuatro años como empleado. Asegura que los clientes que pasan por aquí a arreglarse la barba se han cuadruplicado en los últimos tiempos.

Aquí se hace todo un ritual que incluye un masaje con mentol y romero, toallas calientes para abrir los poros, jabón, brocha, rasurado con cuchilla y paños fríos y masaje con bálsamo para terminar un proceso que dura entre 20 y 30 minutos. ¿El precio? unos diez euros.

Por la Barbería Avenida de Roma pasan clientes de toda la vida. Aunque la mayoría son mayores, hay hombres de todas las edades que se acercan para cuidarse; sobre todo para cortarse el pelo, que es el servicio más demandado.

Esencia de antaño

La estética, de lo más cuidada, no ha perdido la esencia de antaño, pero con un toque renovado. «Pienso que estos lugares tienen que decir algo de quienes trabajan en ellos», asegura Mateos, que ha dispuesto en un rincón de su barbería un pequeño museo con algunos de los artículos más curiosos relacionados con el cuidado del hombre, algunos de los cuales pertenecieron a su familia, de tradición barbera.

Pero no todo son sitios de los de antes, en León, varios locales han abierto sus puertas en los últimos años aprovechando esta nueva moda que han traído las barbas. Es el caso de David, que ha puesto su nombre en el negocio que puso en marcha hace siete meses en la calle Conde Guillén. «Estoy trabajando mucho, me va muy bien», afirma este joven que estudió el arte de la barbería durante cuatro años por varios puntos de España. «Entonces todavía no había mucho tirón, pero la nueva moda me ha servido de lanzadera», apunta. En su barbería hace arreglos de barba, afeitado y todo tipo de cortes de pelo a una clientela eminentemente joven que acude a David’s por su buen hacer con las tijeras y por sus cortes «desvanecidos» —que van desde el largo hasta incluso el 0—. El arreglo de barba —rebajarla o marcarla y un tratamiento especial como aceite, por ejemplo—ronda los seis euros. Y es que tener barba requiere de cierto mantenimiento. Retocarla cada diez o doce días «Hay que hidratarla mucho porque de lo contrario puede darte problemas como la dermatitis», explica este barbero. Para él, cuidarse la barba tampoco es un lujo, pues está al alcance de casi todos los bolsillos.

José Manuel González abrió hace tres años La Barbería en el número ocho de la avenida del Doctor Fléming. Allí corta el pelo —el servicio más demandado— y hace arreglos de barbas o rasurados. Asevera que esto último ha crecido mucho en los últimos años y que hasta su local se acercan, sobre todo, hombres de más de 55 años. «Son los que más se cuidan porque ellos son los jóvenes de los años 50 y en aquellos tiempos los hombres iban muy arreglados. La gente joven se cuida, pero también pueden ir con el pelo largo, mientras que los mayores son un poco más exigentes», argumenta.

Barber Shop abrió hace año y medio y, aunque en un principio le costó arrancar, ahora quienes eligen esta peluquería-barbería tienen que esperar horas para ponerse en manos de su dueño. Allí, al número 15 de la calle Barahona, acuden desde niños de tres o cuatro años hasta adultos de 95, según afirma su dueño.

Según un estudio de Braun, publicado recientemente en la revista XL Semanal, seis de cada diez españoles lucen algún tipo de barba, el 80% se siente más atractivo con ella y se gastan una media de 30 euros al mes en su cuidado.

Mientras que ahora tienen su tirón, las barberías pasaron su época de vacas flacas en los años sesenta, cuando irrumpieron las maquinillas desechables que hacían posible afeitarse en casa de una forma rápida. Después, la informalidad se hizo un hueco en el arreglo masculino. Todo vuelve.

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