Meditación

Me encontré con su rostro clavado en el anuncio al final de Gran Vía de San Marcos. La foto de la ventana publicitaria, una de esas que el Ayuntamiento de León compró en Bruselas con fondos europeos en los días de vino y losas, parece un hombre en cuerpo y alma. No es un político. Es el yogui que dirige las meditaciones de los jueves, abiertas al público, en Espacio Vías. «Algo está cambiando en León», pensé mientras salía del asombro. El ayuntamiento de León, a través del programa Es.pabila, promueve meditaciones colectivas.

Lo personal es político

Falta hace meditar. Y vaciar la mente de nieblas y espejismos. O nos despejamos, o no podremos digerir el futuro. Nos engullirá. Nos privatizarán el aire. El cambio afecta a todos los órdenes de la vida. El bienestar, la salud, el medio ambiente, la educación, los derechos humanos... la igualdad, la pensión... Más que nunca, lo personal es político.

Lo dijeron las feministas de los años 60 y lo sabe el consejero de Educación, que llamó a la madre de Aarón, un niño con autismo sin escolarizar desde septiembre, para comunicarle que, por fin, su hijo tiene cole. Nadie se había dirigido hasta ahora, y menos un consejero, a las madres y padres que exigen igualdad de oportunidades para sus hijos e hijas. Algunos y algunas con mover papeles ya tienen bastante. Otros dirán que son temas privados...

‘Eppur si muove’

Que el sentido común nos libre de la gente que no se mete en política —«haced como yo y no os metáis en política», decía Franco— y deja que la hagan las multinacionales y los políticos profesionales con derecho a puerta giratoria. Que nos libre la inteligencia de la falsa renovación.

E ppur si muove . Y sin embargo, se mueve, dijo Galileo tras abjurar ante la Inquisición de la teoría que revolucionó la ciencia. León también se mueve. Seguramente a un ritmo más lento que la gravitación de la Tierra.

Pasan cosas extrañas. El salón de actos del Ayuntamiento de León se quedó pequeño para escuchar a un político joven y de izquierdas. Pocas veces se ha visto algo así en León desde los tiempos de la Transición. Alberto Garzón, candidato de Unidad Popular a La Moncloa, dijo que los problemas cotidianos de la ciudadanía sólo se resuelven con decisiones políticas y económicas. Una gran verdad.

Al desnudo

R ivera, el otro Alberto del 20-D, llenaría el salón municipal y hasta el Palacio de Deportes. Aunque a esa distancia su desnudo perdería mucho, sinceramente. Y en León ya empieza a hacer frío. No se lo aconsejo. Además el destape integral del ya ex candidato al Congreso por la provincia, Sadat Maraña, apeado de la lista por mentir en el curriculum, se ha convertido en un tsunami, con daños colaterales en Albacete, y compite en popularidad con la foto del líder en pelotas.

Ciudadanos se desnuda. Su nombre lo dice todo —¿Dónde están las ciudadanas?— y ahora se le empiezan a caer los postizos. Salen a pacer las lenguas más ultraneoliberales como el columnista y cofundador del partido naranja que relega la violencia de género a cocinas y alcobas con un discurso con olor a naftalina que da arcadas. Un asunto privado en el que el Estado no ha de intervenir, aunque la OMS diga que es un problema de salud pública.

Sí, Fran, te fuiste cuando se barrunta el cambio. ¿Qué cambio?, preguntarías. Esa es la cuestión. Te vas cuando necesitamos a gente como tú, a ciudadanos como tú, a maestros como tú, a hermanos y amigos como tú que creen en la justicia y en la igualdad. Queda la luz de tu sonrisa y tu amor revolucionario. Hasta siempre, Fran.