«Challenge Bibendum», escaparate de innovación tecnológica

Mejorar la compatibilidad ambiental del tránsito automovilístico y, en consecuencia, explorar los caminos de la innovación tecnológica a la búsqueda de energías alternativas. Con esta filosofía nació, hace ahora seis años, una particular carrera, organizada por Michelin, contra el consumo y la contaminación. Lo que se ha dado en llamar la «movilidad sostenible» que, en una época en la que el precio del crudo viene alcanzado máximos históricos, se revela como una imprescindible apuesta de investigación y evolución técnica de los vehículos que en un futuro -cada día más presente- rodarán por las carreteras. El objetivo del certamen no es tanto aportar soluciones, cuanto hacerse eco de los progresos más significativos que vienen llevando a cabo los fabricantes de automóviles, ingenieros ligados o no a esta industria y entidades que trabajan en este aspecto. Se trata, fundamentalmente, de ofrecer una visión práctica, más allá de la pura teoría, para explicar al usuario como se posicionan las diferentes alternativas tecnológicas. En 2004 la «Challenge Bibendum» (nombre de la célebre mascota de Michelin) llegó por primera vez a Asía para disputarse en un escenario de lujo: el nuevo circuito de Shanghai. Poco después del paso de los poderosos monoplazas de Fórmula Uno, 150 vehículos «limpios» se disputaban el honor de la victoria tecnológica en el trazado chino. Coches de pasajeros (turismos), autobuses, vehículos pesados y, por primera vez, vehículos de dos ruedas animados por energías alternativas como la electricidad (baterías o pila de combustible), hidrógeno o biodiésel. Aunque todos participaron en la exhibición, serían finalmente 74 los protagonistas en la «competición»: 38 coches, 20 vehículos de dos ruedas, 15 autobuses y un camión. El resultado arrojó un «podio» de lo más esperanzador. El consumo medio de todos los inscritos no superó los 5 litros por cada centenar de kilómetros y los mejores se quedaron por debajo de los 3 litros. Incluso se apreció una significativa mejora en la tecnología de los vehículos híbridos (motores eléctricos combinados con gasolina o gasóleo) y, en general, una mayor eficacia de estas energías alternativas.