Diario de León

HACE TREINTA AÑOS

Un país de concejos, grandes familias y mucho ganado

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León

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El León cuyas sendas recorrió Luis Caro Dobón a finales de los años setenta para medir y analizar la forma, disposición y características de los cuerpos de sus pobladores era muy diferente al que hoy conocemos. De hecho, es en estos casi treinta años cuando se ha operado en nuestra tierra los grandes, inmensos cambios que hacen que las existencias de los que hoy son jóvenes sean tan diferentes de las de sus padres y, sobre todo, de las de sus abuelos. Luis Caro se encontró con pueblos «poblados», lo cual, aunque parezca una contradicción, es hoy una triste realidad cuando comprobamos en qué se ha convertido gran parte de nuestra extensísima red de poblamiento rural. Aunque ya antes había comenzado el éxodo a la ciudad, había en los pueblos jóvenes y niños, e instituciones tradicionales tan antiguas como el famoso concejo o conceyu leonés pervivían en todo su vigor. Recuerda Caro que, en la Cabrera, llegó a un pueblo en plenas fiestas. Salía la gente de misa y él les expuso su cometido, así que los vecinos se reunieron en concejo y allí mismo decidieron, entre todos, con la particular democracia directa típica de nuestra tierra, que iban a ayudarle. En otros casos se ponía en contacto con el cura, que le abría muchas puertas, y que incluso solía anunciarlo tras la Eucaristía para que la gente fuera sabiendo que «un señor de la Universidad» iba a ir a su casa a medirlos. Entre la taberna y la campa Pero también hubo muchas tardes en las tabernas, tomando un vino con la gente después de hacer sus mediciones, y hasta ayudaba a los paisanos a atropar la hierba si necesitaban una mano. En otro lugar insospechado, concretamente el pueblo de Nogar, se encontró con un médico conocido suyo, reuniéndose en medio de gran alegría. Pueblos llenos de ganado, en el que los ciclos del campo lo eran todo, fue lo que conoció este profesor durante la realización de su estudio. Veceras, velías, facenderas, brañas, siegas y trillas, y todo el calendario festivo y laboral de nuestros pueblos. Por eso, sería bueno -asegura- realizar el mismo estudio hoy en día, para ver cómo hemos cambiado, aumentado de altura, etc., aunque reconoce que sería «casi imposible» por el vacío casi absoluto en el que se encuentran muchos pueblos. Esa es la verdadera pena.

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