Diario de León
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J. F. Z. | texto
León

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|||| Sinónimo de 4x4 por antonomasia, convertido desde hace décadas (más de seis) en auténtico icono, el Jeep, cuyo "cacofónico" nombre ha hecho suyo el mundillo automovilístico, ha cumplido unos espléndidos 65 años... en plenitud de facultades. Americano en el fondo, mundial en su apariencia y unánimemente considerado como el auténtico "todoterreno"... de todos los tiempos, el Jeep, nacido -en su expresión coloquial- de una cacofonía por la descuidada pronunciación del término anglosajón "General Purpose" (uso general), que acabaría por alcanzar la fama -semántica- gracias a la tira cómica de "Eugene el Jeep", cuenta en su haber con aseveraciones tan contundentes, y celebérrimas, como la de "mayor contribución de América a las operaciones de guerra modernas" (general George C. Marshall) o como que "hasta 1940 cuando un coche se salía de la carretera, lo llamaban accidente. Desde entonces, Jeep lo llamaría todoterreno". Bien entrado el milenio, 65 años después de la aparición del pionero Willys, Europa es quizás el continente que más haya contribuido a forjar la leyenda del Jeep desde sus primeros pasos, en los inicios de la década de los cuarenta, cuando nuestro protagonista se convirtiera en el vehículo oficial de las tropas americanas que combatían en la Segunda Guerra Mundial. Con un nacimiento tan tormentoso como el de la agitada época que entonces le tocara vivir, el inicial desarrollo del Jeep se vería envuelto en la polémica, marcado por las intrigas políticas, cuando tres fabricantes (Ford, Bantam y Willys-Overland) aceptaron el desafío de proporcionar a los soldados un coche duro y versátil, capaz de responder -y solventar- cualquier situación que se presentase. Un vehículo capaz de transportar hombres y bagajes sin importar el terreno y con las suficientes garantías como para poder alcanzar sus objetivos. Capaz, en suma, de sustituir a mulos y caballos... y a la siempre "sufrida" motocicleta en labores de enlace entre las diferentes unidades militares. Cumplió con creces, participando, desde 1940-41, en toda suerte de campañas y adaptaciones: vehículo de reconocimiento, artillado con ametralladora, camioneta, transporte para el frente, suministrador de municiones, máquina para el tendido de alambradas y líneas de comunicaciones... y hasta taxi . Durante la épica batalla de Las Ardenas (Bulge, 1944-45), Jeep cargados con camillas salvaron innumerables vidas. Mientras en el desierto del Sahara, las junglas de Nueva Guinea y los nevados campos de Islandia, los Jeep arrastraban cañones anticarro de 0,37 milímetros hacia las líneas del frente. En Egipto, el ejército británico los utilizaría como vehículo-patrulla para "las ratas del desierto", los célebres comandos que pusieron en jaque -y fuera de combate- a las fuerzas de Rommel en vísperas de la batalla de El Alamein. Cambiando las abrasadoras arenas por las insalubres zonas pantanosas, en Guadalcanal, los Jeep acompañaron a los marines norteamericanos en la que se considera una de las más agotadoras campañas de la contienda mundial. Diseñado para poder repararlo rápidamente sobre el terreno, fácil de manejar y barato de mantener, artífice incluso de la reapertura de la fábrica de Volkswagen en Wolfsburg (1945), el mítico Jeep ha acabado por convertirse en uno de los más longevos vehículos -junto con el "Escarabajo"- de la automoción mundial. Entre otras cosas, porque antes del final de la guerra (1944), aparecería la primera versión de Jeep "civil", enfocado a usos agrícolas y que se plasmaría (1954) en el primer "Jeep Universal", una modificación del modelo CJ2A, con lujos tales como el portón de carga o los limpiaparabrisas. Y la historia, seis décadas después... continúa.

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