La música moderna del 2008: hazlo en directo o hazlo en casa

La música moderna de 2008 se despidió con una máxima: hazlo en directo o hazlo en casa. Las nuevas tecnologías han superado lo establecido hasta el punto de que lo más goloso de lo que ha pasado ocurrió sobre un escenario o en pequeños estudios independientes y apaños caseros de indudable calidad y honestidad. Entre tanto, las grandes discográficas asisten estupefactas y sin capacidad de reacción a una avalancha de posibilidades propiciadas por Internet. Mientras, en su ensimismamiento, su caballo de batalla ha pasado de ser el top ten a ser el top manta.

Todo ha ocurrido según una de las máximas del pop universal: la velocidad. Puede que no haya sido un año memorable, aunque sí para algunos, pero de lo que no cabe duda es que este año y los sucesivos, se asistirá a un cambio de modelo, de formato y de soporte en todo lo que se refiere a los contenedores de música. Con todo, el vinilo sacó pecho y orgullo y vuelve a estar en las estanterías de las grandes tiendas. Una rareza metafórica para satisfacción de los más críticos. Por su parte, el cedé se ha quedado en corta propuesta que requiere de ingredientes como ediciones de lujo, libretos, deuvedés y demás condimentos que le permitan mantenerse en el mercado. Todo se descarga, a veces mal y otras bien. Pero la música de hoy en día, ni se crea ni se destruye, se descarga.

Por todo ello, conviene empezar a contemplar la posibilidad que el vértigo de los nuevos tiempos también arrase con los balances. Pero no cabe duda de que este 2008, en el efervescente nuevo pop, incluyendo en este término lo más convencional y apuestas más arriesgadas y estilos colaterales, nombres como el de Vetusta Morla o Russian Red, El Guincho o Joe Crepúsculo, Nudozurdo, Facto Delafé y Las Flores Azules, La Casa Azul, Señor Mostaza o Los Punsetes se han hecho un hueco ante líderes naturales ya veteranos como Los Planetas, La Habitación Roja, Cooper, Nacho Vegas, Tachenko, Lagartija Nick o Lapido. Otros, como Josele Santiago viven su segunda juventud con más aceptación de la que ellos podrían imaginar.

Por último, sirva un atrevimiento a modo de conclusión: Si las tecnologías han permitido que la democratización del arte acepte pulpo como animal de compañía, también ha posibilitado que la autoproducción, siempre motivada por la falta de atención de la industria, que hasta menospreció este tipo de proyectos, haya encontrado una tierra de libertad en la que creer y crear hasta conseguir que fenómenos aparentemente underground ocupen espacios en prime time, por ejemplo, en los telediarios. Así, aquel fenómeno incomprendido que fue el

Omega

de Enrique Morente y Lagartija Nick, la irrupción de Russian Red, la capacidad insaciable de Vetusta Morla a la hora de llenar salas, o el mismísimo Purple Weekend leonés, han sido noticias de primera plana en minutos tradicionalmente dedicados a lo penúltimo de Alejandro Sanz, Miguel Bosé o Shakira.