Automóvil, a vueltas con la ecología
El átomo más pequeño del universo, presente en el 90% de la materia, tiene la llave medioambiental del mundo. El hidrógeno está llamado a convertirse en la energía limpia por excelencia, en el carburante del futuro. Sólo falta, lo que no es poc
Emisiones cero. No es
grano de anís
... ni pequeño el reto. Los expertos predicen que, de aquí a diez años, poco más de la mitad del parque automotriz mundial se moverá con carburante fósiles; los demás, lo harán merced a las llamadas energías alternativas.
Si el hidrógeno abunda tanto en la Tierra y está presente en «toda» la materia, ¿por qué presenta tantos inconvenientes para popularizarlo a corto y medio plazo? Porque, entre otras cosas, ni puede extraerse ni utilizarse «tal cual»; ahí está el gran reto al que se enfrentan las futuristas tecnologías del automóvil.
Se trata de una energía secundaria, que sólo puede obtenerse reconvirtiendo otras y aislándolo. Así que, a diferencia del petróleo, el hidrógeno tiene que «producirse» primero, para después transportarlo, almacenarlo y, finalmente, dispensarlo en las estaciones de servicio.
En cualquier caso, la mayoría de fabricantes ya viene trabajando, desde hace años, en la optimización del hidrógeno como combustible alternativo. Mientras ese momento llegue, conviene apuntar que, poco a poco, los usuarios van tomando conciencia de las limitaciones que acabarán por presentar los tradicionales combustibles fósiles lo que, de momento -”el bolsillo manda-”, se ha traducido en este recién pasado año 2008 en un sensible incremento de matriculaciones de modelos menos contaminantes: del 9% al 20% en las ventas totales del mercado español. No se trata de coches «raros», son modelos de estricta serie que gracias a tecnologías de última hornada (motores, aerodinámica, neumáticos de bajo rozamiento...) consiguen rebajas de consumo y emisiones contaminantes impensables hace sólo un puñado de años.
Otro significativo apunte. En el 2008 las matriculaciones cayeron en torno al 28%, paralelamente los coches menos contaminantes crecieron casi un 30%, lo que supone casi duplicar su cuota de mercado con respecto al 2007.
Eso sí, para que nada falte en el
gran teatro del desconcierto
, en la batalla por no perder protagonismo comercial, ya se han levantado voces -”y «armas» comerciales-” entre los representantes de las firmas productoras de bioetanol y las petroleras en defensa, como fácilmente puede suponerse, de sus combustibles clásicos (gasolina y gasóleo).
HydroGen4
El consorcio General Motors ha culminado recientemente la cuarta generación del vehículo de pila de combustible, resultado de más de diez años de trabajo y desarrollo tecnológico con el hidrógeno como protagonista.
Dentro del programa Proyecto Driveway, GM ha desplegado más de un centenar de vehículos para pruebas reales en Estados Unidos, Japón, Corea, China y Alemania. En Estados Unidos, más de 100.000 personas se han apuntado como «probadores» para los ensayos de mercado. Hasta la fecha, 3.400 personas han conducido estos vehículos y una treintena de familias han usado los coches diariamente (durante dos o tres meses) contabilizando más de 700.000 kilómetros de pruebas.
La información extraída de estas actividades «reales», permite a los ingenieros de GM evaluar la auténtica viabilidad del proyecto y, a la vez, acumular experiencia para, posteriormente, transmitirla a los -“posibles- futuros usuarios. Los vehículos de pruebas están equipados con un sistema inalámbrico de transferencia de datos, cuyas incidencias llegan a un servidor central de la compañía y, en consecuencia, a los propios talleres especializados de mantenimiento, como es el caso de un concesionario Opel de Berlín, cuyos operarios disponen de la formación y material técnico necesario para el seguimiento de los vehículos desplegados en esa ciudad.
El paquete de pilas de combustible HydroGen4 está compuesto por 440 células que combinan el hidrógeno y el oxígeno del aire para producir electricidad, con vapor de agua como único subproducto. Consecuencia: emisiones cero, no se emite CO2 porque no hay combustión alguna.
Las pilas de combustible proporcionan la energía eléctrica para el motor síncrono de 73 kW, capaz de acelerar de cero a cien en aproximadamente 12 segundos y su punta de cifra en torno a los 160 por hora; también entrega un muy aceptable par desde los regímenes más bajos. Además, el HydroGen4 está equipado con una batería intermedia (1,8 kW/h) para cubrir los picos de carga del sistema y, a la vez, almacenar energía gracias al sistema de frenada regenerativa. Los tres tanques de fibra de carbono
composite
que monta el coche, tiene una capacidad de 4,2 kilos de hidrógeno a 700 bares de presión, cantidad que según GM proporciona una autonomía rayana en los 320 kilómetros. El HydroGen4 es capaz de arrancar, y funcionar, a temperaturas bajo cero; un considerable avance respecto al modelo antecesor que, lógicamente, aporta evidentes ventajas en la utilización diaria. Estos vehículos se equiparan en diseño y seguridad a sus homólogos convencionales con, desde luego, las aplicaciones específicas de seguridad para el hidrógeno en cada uno de los principales sistemas del coche.
En definitiva, que quizá no estemos tan lejos de la apreciación de aquel visionario literato, que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar con sus novelas: «algún día, el agua podrá emplearse como combustible»; lo dijo Jules Verne... en 1874.