Alta cocina en el Alto del Portillo

Ubaldo es el cocinero y nos cuenta que lleva toda la vida ante los fogones. Trabajó en el Hostal de San Marcos, en el restaurante El Patrón, en el Hotel Reconquista, de Oviedo, en Barcelona, Madrid y, naturalmente, en todos los restaurantes que ha abierto su emprendedora familia.

A Ubaldo le encanta la cocina mediterránea y tradicional. «Creo -”dice-” que a la gente, por lo menos a nuestros clientes, las sorpresas solamente les gustan para las ocasiones. Cuando una persona se pone a la mesa le encanta saber con lo que se va a encontrar. En El Camino Real, los clientes repiten una y otra vez, y es porque hacemos una cocina de verdad, sin mistificaciones, pero muy bien elaborada y partiendo siempre de buenas materias primas. Por ejemplo nuestro menú del día (12 euros) cuenta con tres primeros platos y tres segundos, pero el pescado es siempre fresco».

Precisamente los pescados son el buque insignia de la casa, y como sucediera en anteriores singladuras de la familia, les llegan directamente de los puertos pesqueros y en su mayoría son piezas salvajes, con unas cualidades muy superiores a las especies que actualmente se crían en las piscifactorías. «Entre nuestras especialidades figuran el Besugo de anzuelo a la espalda, los Medallones de rape, la Merluza de volanta al ajillo, la Lubina al horno, el Rodaballo salvaje a la plancha y el Bacalao a la vizcaína, con pimientos choriceros y pisto».

Las carnes las trabajan de todo tipo, pero están muy orgullosos de sus chuletillas de lechazo. «Las podemos tener siempre de la mejor calidad -”dice Ubaldo-” porque damos muchos banquetes y el lechazo es uno de los platos más solicitados». Otros platos de carne en este restaurante son las Carrilleras de ternera, el Magret de pato confitado con frutas silvestres y la carne de vaca macerada.

Los postres también se elaboran en la gran cocina del restaurante y según nos cuentan los clientes piden especialmente la Leche frita, la Tarta de queso, la Mousse de limón, la Natillas, el Arroz con leche y la Cuajada, que también se elabora en la casa.

El restaurante tiene tres salones, dos de enormes dimensiones con una brillante decoración y uno pequeño, más íntimo, para comidas de grupos pequeños. «Además -”explica Román-” tenemos una enorme carpa, donde servimos los aperitivos de bodas, comuniones o bautizos, y en la que, después, se ofrece el baile. La comida siempre la servimos en los salones del hotel».

Como curiosidad con cuentan que en los siete años que lleva abierto el establecimiento han dado 370 bodas y que en este momento tienen los salones ocupados para bastante tiempo.

«Este sitio -”nos explican-” está muy cerca de la capital, tiene un aparcamiento para casi doscientos vehículos, y todo lo necesario para la celebración de grandes eventos. También se realizan habitualmente convenciones y reuniones de empresa.

Una cocina espléndida, unos precios ajustados al máximo, y un bonito entorno, hacen del Camino Real, un lugar ideal para degustar estupenda gastronomía a solo cinco minutos del centro de la ciudad y en pleno Camino de Santiago.