Diario de León

Si no duermes, el cerebro desconecta

Un estudio realizado por el Hospital Clinic de Barcelona demuestra que dormir mal enferma y que el sueño nocturno es el de calidad frente a los inconvenientes de dormir de día

Delia Rodríguez, neurofisióloga.

Delia Rodríguez, neurofisióloga.RAMIRO

León

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«Se enfrascó tanto en su lectura que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro». La triste figura del caballero andante, Don Quijote de La Mancha, puede tener una explicación en la falta de sueño. Según un estudio realizado por dos neurólogos del Hospital Clínic de Barcelona, Joan Santamaria y Álex Iranzo de Riquer, Cervantes describió lo que siglos después descubriría la investigación científica. No dormir enferma. La falta de sueño, no sólo en cantidad sino en calidad, estresa al cerebro, que es incapaz de ‘resetearse’ cada noche para «recolocar en pequeñas cajas la información y desechar lo que no necesita», como lo describe gráficamente la neurofisióloga del Hospital San Juan de Dios, Delia Rodríguez.

«El sueño es necesario para tener una buena salud, tanto física como mental», asegura. Sin embargo, no hay una regla estricta común para todas las personas. «Las necesidades individuales varían», por eso hay quien con 4 ó 5 horas descansa bien, mientras que otras personas no levantan cabeza si no cumplen ocho o nueve horas de sueño seguido.

La tecnología es enemiga de un buen sueño. La luz de los dispositivos interfiere en el ritmo circadiano

Todo va a depender de la calidad del sueño. «Hay que dormir por la noche», afirma. «Las personas que trabajan a turnos y tienen que dormir de día no tienen la misma calidad de sueño». ¿Por qué ocurre esto? Por la luz. «La luz inhibe una hormona que se llama melatonina, cuanto menos luz hay más melatonina se segrega». Y la melatonina es la hormona que induce al sueño. Por eso, entre las recomendaciones de los expertos para dormir bien está apagar los dispositivos móviles y los ordenadores unas horas antes de ir a dormir.

Ayudar al cerebro a que pase por las distintas fases del sueño que necesita para ‘desintoxicarse’ de los estímulos e información recibida durante el día es una de las mejores decisiones que se pueden tomar para ayudar al cuerpo y la mente a mantenerse sanos.

En la fase noREM no se producen movimientos oculares rápidos. El sueño noREM se divide en los estados N1 (adormecimiento, un 10% del tiempo), N2 (sueño ligero, un 45% del tiempo) y N3 (sueño profundo, un 20% del tiempo). En la fase REM existen movimientos oculares rápidos. Es una fase de sueño profundo en la que el cerebro está muy activo por lo que la persona no se puede mover. Es el momento de soñar. Algunos profesionales opinan que esta fase es esencial para la memoria y el aprendizaje.

Un sueño reparador ayuda a mentener la salud mental y física.

Un sueño reparador ayuda a mentener la salud mental y física.FERNANDO OTERO PERANDONES

Ayudar al cerebro para que pueda cumplir todo este proceso requiere de una buena «higiene del sueño» que una población tan tecnológica y estresada suele obviar por desconocimiento. «Son cinco o seis ciclos que hay que completar y sería bueno que todas las fases fueran seguidas», asegura Delia Rodríguez.

Si el sueño se interrumpe, pueden empezar los primeros problemas de salud. «Hay personas que se despiertan por la noche. En muchos casos esos despertares tienen un componente hormonal, como la menopausia o el embarazo en las mujeres, otras veces es porque tenemos ideas recurrentes en la cabeza a las que no dejamos de dar vueltas. A todo eso hay que poner remedio».

El orden

Como en el hogar, el orden y la limpieza básicos para el bienestar personal y familiar. Durante el sueño, el cerebro emite una especie de señales para que se almacene correctamente toda la información acumulada durante el día. Cada cosa debidamente ordenada, lo que permite que el cerebro se mantenga activo y elimine todo lo tóxico, reordene y recoloque», explica de manera comprensible esta especialista.

Si el cerebro no consigue hacer bien ese trabajo nocturno, lo primero que notaremos al despertarnos es mucho cansancio. «Estaremos cansados, estresados, lentos en nuestra capacidad de reacción y con menos capacidad cognitiva, sin ánimo, ansiosos e incluso depresivos. Puede llegar a provocar incluso problemas metabólicos, como la diabetes y la hipertensión».

¿Se puede recuperar los efectos beneficiosos del sueño con una buena siesta? No del todo. «La siesta no tiene que durar más de veinte minutos. Hay que evitar las siestas largas».

La duración promedio global del sueño ha disminuido. «Ahora se duerme hasta tres horas menos a la semana que hace unos años. Los adolescentes tardan ahora 2 ó 3 horas más en irse a la cama y cuando lo hacen no desconectan de los móviles. Hay personas que incluso lo consultan de madrugada si se despiertan».

La tecnología es enemiga de un bueno sueño. Existen varios estudios que concluyen que la luz emitida por dispositivos como televisiones, móviles o tabletas, conocida comúnmente como luz azul, puede interferir en el ritmo circadiano y, provocar una alteración en el ciclo sueño. Según el Estudio transversal sobre hábitos de sueño y nuevas tecnologías en estudiantes de ciclos formativos publicado en el año 2023 por Sonia Almodóvar Fuentes, Estefanía Castellanos Otero, Eugenia Núñez Lara, Ángel Arias y Antonio Tejera-Muñoz y recogido en la página web del Ministerio de Sanidad, más de la mitad de los 286 estudiantes encuestados con una edad media de 22,2 años presentan trastornos de sueño, fundamentalmente debido a un uso inadecuado de las TIC. Entre los factores que se asociaron a padecer trastornos de sueño, se identificó que no hacer deporte dos o tres veces a la semana se vinculaba significativamente a tener en mayor medida trastorno de sueño; consumir tabaco; usar el móvil antes de acostarse; usar el móvil acostado y sin luz; y utilizar el móvil cuando se despertaban en medio de la noche.

Aunque el número de horas de sueño recomendable depende de cada persona, el consenso está en 7

Según diferentes expertos, de media un adulto debería dormir entre 7 y 8 horas diarias. «Dormir poco o demasiado, y mal, hace que vivamos menos años y con una peor calidad de vida. Por eso, las personas que no tienen un buen sueño son más propensas a sufrir enfermedades como las patologías cardiovasculares y cerebrovasculares, hipertensión arterial, obesidad, diabetes tipo 2 y muchas otras enfermedades, incluso la aparición de determinados cánceres», dice el estudio.

El sueño es una parte importante de nuestra rutina diaria. Pasamos un tercio de nuestro tiempo durmiendo. «Un sueño de buena calidad es esencial para conservar energía, promover el crecimiento y apoyar el desarrollo mental, especialmente durante la infancia y la adolescencia. Además, dormir lo suficiente es esencial para un funcionamiento y bienestar óptimos durante el día. Sin embargo, entre el 20% y el 40% de los adolescentes padecen mala calidad del sueño, lo que se ha asociado con problemas de atención, problemas mentales, aumento de accidentes, obesidad y riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes», según una investigación del ISGlobal, centro de investigación impulsado por la Fundación «la Caixa». «La tecnología evoluciona muy rápido y continuamente se necesitan nuevos estudios para comprender mejor cómo los dispositivos, y especialmente los interactivos, afectan el sueño de niños y adolescentes».

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