Diario de León

El ministro que conquistó a León

Fraga vino a León en los años 40 a cortejar a su futura esposa y se ganó a la provincia por su labor como ministro de Franco.

Entrando en el Hostal de San Marcos con una almohada en la mano.

Entrando en el Hostal de San Marcos con una almohada en la mano.

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ana gaitero | león
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Fraga vino a León a cortejar a una mujer y conquistó a toda una provincia. Fue el amor y no la política lo que trajo a Manuel Fraga a León por primera vez. En 1945 el joven Manolo, que logró convencer a sus padres para trasladarse a estudiar Derecho desde Santiago de Compostela a Madrid, conoció a Carmen Estévez Eguiagaray, el mismo día que leyó su tesis doctoral.

La joven, nacida en León en 1925, acababa de matricularse en la Facultad de Derecho. Tres años después plantó la carrera para casarse con el futuro ministro de Información y Turismo de Franco. Tuvieron cinco hijos e hijas y adoptaron otro. Hoy habrían cumplido 64 años de matrimonio. «Entré en León por amor», declaró Fraga, en noviembre del 2000, cuando recibió la Medalla de Oro de la Ciudad e manos del entonces alcalde, Mario Amilivia.

«Durante los años 40 venía a esta tierra a cortejar a una chica que, aunque orensana, se sentía leonesa», confesó en el año 2002 en Sahagún durante el pregón de las fiestas de San Juan en la villa. La visitaba en la finca Maudes, propiedad de la familia materna de Carmen Estévez.

Para acercarse hasta el lugar pedía prestada una bicicleta en Sahagún. En una ocasión, al regresar por la noche, tuvo un accidente: «Me caí y así demostré que tenía la cabeza muy dura, aunque sangré bastante», dijo en el pregón. Hacía seis años que se había quedado viudo.

En los tres años de noviazgo con Carmen Estévez, nieta del que fuera alcalde de León, José Eguiagaray, e hija del coronel orensano Ignacio Estévez, el intrépido Fraga aprobó tres oposiciones y empezó a fraguar su figura pública como letrado en Cortes. Fraga no dejó de subir peldaños dentro de la dictadura franquista y se convirtió en ministro de Información y Turismo entre 1962 y 1969. Su decisión de rescatar el edificio de San Marcos, en manos del Ejército desde la Guerra Civil cuando fue convertido en el mayor campo de concentración de España, y convertirlo en «el mejor hotel de Europa», según sus propias palabras, es la que más ha marcado su relación con León.

Un año antes de que el hostal fuera una realidad, en 1964, Fraga inauguró el Club de Prensa de León después de asistir a la misa de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, en Oviedo, y previa parada oficial en el Parador de Pajares. Antes de ir al Club de Prensa, aún sacó tiempo para visitar las obras del hostal y la Pulchra Leonina, donde se realizaba la ampliación del museo catedralicio.

El 23 de julio de 1965 Franco inauguró el Hostal de San Marcos, la segunda empresa turística del Instituto Nacional de Industria tras la conversión del Real Hospital de Santiago de Compostela en hostal once años antes. Fraga hacía, Franco inauguraba y el obispo Almarcha bendecía.

Al año siguiente inauguró la I Semana Internacional de la Trucha y pescó en el Órbigo. En mayo de 1968, en una jornada maratoniana, fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad, hermano mayor de la cofradía de Minerva y Veracruz y cofrade de la Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro; abrió la III Semana Internacional de la Trucha, visitó la Obra Hospitalaria de Nuestra Señora de Regla y el hotel Novelty (en la calle Independencia, hoy desaparecido) recientemente inaugurado.

Y lo más importante, entregó 17 televisiores a los pueblos de Pinos, Cazanuecos, Salamón, Quintanilla de Somoza, Palacios y Jiménez de Jamuz, Valdesamario, Abelgas, Santibáñez de la Lomba, Las Murias de Babia, Morriondo de Cepeda, Maraña, Rabanal de Luna, Ferreras del Puerto, Casares de Arbás y Cornombre. Se contaban entonces 126 teleclubes en la provincia. «Los teleclubs llegarán a ser —lo son ya— pequeñas casas de cultura y un medio también de comunicación social», sentenció Fraga.

En junio su hija, Carmen Fraga Estévez, fue elegida reina de las fiestas de León y reina de las comarcas leonesas. Hasta el alcalde de Valladolid, entre otras muchas personalidades, acudió al evento que cerró el gobernador civil, Luis Ameijide.

En 1969 visitó la Cueva de Valporquero y felicitó a la Diputación por «la magnífica labor de promocionar para el turismo esta cueva incomparable». El presidente, Antonio del Valle, le presentó un informe detallado proyecto de la estación invernal de San Isidro. Y de nuevo vino cargado de televisores. Entregó 32 aparatos antes de inaugurar la IV Semana de la Trucha en el salón Eminencia.

Fraga arrastra una incontable lista de homenajes, calles y nombramientos a lo largo y ancho de la provincia. Le hicieron hijo adoptivo de los Ancares, presidente de honor del Centro de Iniciativas Turísticas de Ancares y Fornela, del de Molinaseca y del Club de Tenis de Ponferrada. Más recientemente, en 1994, fue distinguido como presidente de honor del Centro de Galicia en Ponferrada.

Los ríos leoneses fueron otro de los arietes que mantuvieron a Fraga cercano a León. El Burbia, en los Ancares, era uno de sus favoritos. «Pescar en los ríos leoneses es maravilloso. Y en los bercianos, incomparable», afirmó en una de sus jornadas de asueto pesquero en 1976. En el río Porma, en Vegas del Condado, pescó las últimas truchas en tierras leonesas en el 2003. Y descansó, una vez más, en su parador.

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