Diario de León

Fraga Iribarne, leonés de adopción

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León

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Opinión Jose-MagÍn GonzÁlez GullÓn

Periodista

No pretende este modesto recuerdo periodístico valorar la dedicación política a escala nacional de tan apasionado, enérgico e incansable trabajador de la función pública, pero sí recordar y rendir un último homenaje al político que sin ser leonés convirtió a nuestra provincia en uno de los más famosos destinos turísticos a escala internacional. Lo que por León hizo y consiguió Fraga Iribarne en su etapa de ministro de Información y Turismo nadie lo ha igualado. Y justo nos parece el recordarlo y valorarlo para que lo conozcan quienes no lo vivieron, lo recuerden los olvidadizos o mal intencionados y al mismo tiempo pueda justificarme con el titular de este artículo.

Sólo la transformación que hizo del edificio de San Marcos, convirtiéndolo de viejo cuartel de Caballería, con cuadras bajo sus artesonados y paredes desvencijadas, en el entonces mejor y más lujoso Hotel de Europa, bastaría para justificar cualquier reconocimiento. Pero es que también consiguió, tras su solemne inauguración, en presencia del jefe del Estado, seis ministros y los embajadores de doce países extranjeros, que durante años, lo visitaran y lo pregonaran relevantes personalidades internacionales así como periodistas de todo el mundo que describieron en sus respectivos medios informativos una ciudad española hasta entonces desconocida. Congresos internacionales y nacionales de las más variadas especialidades y procedencias se sucedieron en sus estancias durante varios años. Reyes, presidentes de gobierno y ministros de diferentes naciones se hospedaron en sus instalaciones sin regatearle elogios.

Pero con ser mucho el Hostal de San Marcos y seguir siéndolo, porque ninguna otra obra ha contribuido ha impulsar el turismo, no sólo provincial sino incluso nacional, de tal manera, hay en el haber leonés de Fraga Iribarne, otras no pequeñas consecuciones para León. Así los famosos «Teleclubs», a principios de los años sesenta, cuando la televisión era exclusiva de los hogares más acomodados, Fraga dotó a la provincia de León del mayor número de «teleclubs» de España. Gracias a ellos, pueblos remotos de la provincia conocieron la televisión casi al mismo tiempo que la luz eléctrica. Y los viejos «filandones» resucitaron en las veladas de aquellos pueblos reuniendo a sus vecinos en torno a aquel formidable invento. Gracias a Fraga Iribarne, también en aquella década, se televisó en directo para toda España la procesión de la Santa Cena, de la Semana Santa leonesa, algo que hasta entonces parecía exclusiva de las procesiones de Sevilla y de Málaga. Fue todo un descubrimiento y un reto para el resto de las ciudades.

Del mismo modo, visitó acompañado de buen número de periodistas nacionales y extranjeros los Picos de Europa a fin de dar a conocer y promocionar su vertiente leonesa, y así se recuerda en Valdeón y Sajambre que bautizaron uno de sus picos con el nombre de «Mari Carmen», hija de Fraga y descubrieron el monumento que allí permanece.

La atracción turística de León parecía una constante de aquel ministerio. Fuimos unos años capital de la música moderna, del mundo «ye-ye» como entonces se decía, ya que León fue designada por el ministerio sede del primer Festival International de Conjuntos Musico-vocales. Fue tal el éxito, con la presencia otra vez de las cámaras de televisión en directo y de las principales cadenas de radio, revistas especializadas y periodistas extrajeros, y tal la afluencia masiva de jóvenes nacionales y extranjeros que tras celebrar la segunda edición, el temor a los incontrolados, que nunca faltan en estas manifestaciones, atemorizó a las autoridades locales que decidieron no continuar con su celebración.

A Fraga le debe León igualmente la celebración de la «Semana International de la Trucha», en cuyas primeras ediciones se contó con pregoneros de lujo y participantes de varies países europeos con la consiguiente repercusión y promoción turística. Durante muchos años el propio Fraga fue pescador asiduo de nuestros ríos y en no pocas ocasiones acompañado por personalidades o periodistas extranjeros a quienes mostraba tanto los ríos trucheros como los Picos de Europa o el Hostal de San Marcos, motivos más que suficientes para que regresaran sorprendidos y maravillados de la provincia leonesa.

Siento que las prisas periodísticas impidan acaso hacer memoria de toda la inmensa labor divulgadora de León y de lo leonés llevada a cabo por Manuel Fraga Iribarne. Pero parece justo que quienes vivimos, conocimos y dimos noticia de aquellos acontecimientos, que supusieron una enorme transformación para León, reconozcamos hoy que sin Fraga al León moderno le faltaría cuando menos su acento. Vaya por ello, para él, nuestro adiós agradecido.

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