Diario de León

Aizoon, la inmobiliaria de los duques de Palma, jamás vendió un solo piso

La infanta Cristina recibía entre 2.400 y 2.800 euros mensuales de la empresa.

Un redactor trabaja con el sumario judicial del caso en el que está implicado Urdangarín.

Un redactor trabaja con el sumario judicial del caso en el que está implicado Urdangarín.

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melchor sáiz-pardo | madrid
León

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La Oficina de Investigación del Fraude de Hacienda y la Policía Judicial tienen claro que Aizoon, la inmobiliaria que desde el 2003 poseen los duques de Palma, era todo menos lo que declaraba ser. Jamás puso un ladrillo, nunca vendió o alquiló una casa y, solo en contadísimas ocasiones ingresó en sus arcas dinero que no proviniese de la trama Nóos.

La investigación, apoyada en decenas de facturas, movimientos de tarjetas, recibos, mails y libros contabilidad, ha concluido que la empresa propiedad al 50% de Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón no era más que un sociedad fantasma con un doble objetivo, desviar al bolsillo privado el dinero público y, luego, convertirla en un ‘aparcamiento’ de facturas, muchas de ellas inverosímiles para una inmobiliaria, con el fin último de defraudar al fisco.

Según la investigación, Aizoon jamás se dedicó a la actividad inmobiliaria en España. Es más, según los cálculos de Hacienda, entre el 93 y el 95% de sus ingresos en los primeros años procedió del vaciado del dinero público que llegaba al Instituto Nóos. Solo entre el 2004 y el 2005 la empresa de los duques emitió facturas por valor de 894.722 euros, de las que 854.722 eran a cargo de la fundación sin ánimo de lucro y sus firmas satélites por estudios que absolutamente nada tenían que ver con «la compraventa y arrendamiento» de propiedades inmobiliarias.

1397124194 Pérdidas ficticias. De acuerdo a los informes remitidos en las últimas semanas al Juzgado de Instrucción número tres de Palma, en el 2006, cuando la Zarzuela ordenó al yerno del Rey salir de Nóos, Urdangarín decidió reconvertir Aizoon, hasta entonces un apéndice del instituto, en una suerte de sociedad fantasma contra la que cargar todo tipo de gastos, particularmente los personales, para lograr que la empresa apenas diera beneficios y tributar a un tipo impositivo de solo el 3,5%. Es más, en el 2008 la empresa del matrimonio Urdangarín-Borbón llegó a dar 4.027 euros de pérdidas.

A las cuentas de Aizoon se imputó todo lo imaginable, incluso facturas a cargo de la propia infanta Cristina que recibía cada semana entre 600 y 700 euros de la empresa por unos servicios que no se detallan en los libros de contabilidad. A la vista de los asientos, la hija del Rey cobraba de la inmobiliaria contra la presentación de facturas como si fuera un proveedor más.

La infanta, según el sumario, ganó en tres años a través de esta empresa no menos de 510.000 euros. La lista de las facturas personales que ya consta en el sumario del ‘caso Babel’ es inmensa: gastos de los móviles de la familia por valor de 16.000 euros en cinco años, alquileres de coches por 48.000 euros, comidas en restaurantes de lujo de Barcelona y Madrid, un catering de comida japonesa para una fiesta de 5.000 euros, la factura de la luz, el gasto del gas de sus viviendas, el acondicionamiento de la bodega del palacete de Pedralbes por 3.000 euros, compras de partidas de vino de Baigorri por valor de 6.500 euros, flores, entradas de espectáculos, pagos a empresas de mudanzas, alquileres de carpas para eventos, más de 6.000 euros por estancias en hoteles de Roma, África y Estados Unidos, 2.114 euros de vuelos entre Minneapolis y Baltimore, repuestos para una moto BMW, una vajilla de 1.741 euros. y compras personales de la propia Cristina de Borbón.

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