Revelan que Urdangarin no entendió que el rey le exigiera dejar sus negocios
A pesar de que en febrero del 2006 aparecieron publicadas las primeras informaciones y se produjeron las primeras interpelaciones parlamentarias sobre el convenio que el Instituto Nóos firmó con el Govern balear, Iñaki Urdangarin nunca entendió que desde la Casa Real se le invitara a apartarse de las fundaciones que impulsó junto a su ex socio y también imputado, Diego Torres.
Así lo relató ayer Raimón Bergos, abogado que prestó servicios a empresas de Urdangarin y que asesoró al duque de Palma en la creación tanto de la fundación Arete, dedicada a la integración social a través del deporte, como la fundación Deporte, Cultura e Integración Social, que se sospecha que sirvió a Torres y Urdangarin para continuar con sus negocios después de que la Casa Real exigiera a Urdangarin abandonar de inmediato Nóos, en junio del 2006.
Bergós, que está imputado en el caso del Palau de la Música por colaborar presuntamente con Fèlix Millet, cerró ayer la ronda de declaraciones que el juez del caso Nóos ha realizado en Barcelona, donde esta semana han testificado una setentena de personas.
La orden real
Bergós, según fuentes judiciales, declaró que el 12 de junio del 2006 mantuvo una reunión con José Manuel Romero, conde de Fontau y asesor externo de la Casa Real, quien le expresó su disconformidad por el hecho de que Urdangarin formara parte de la fundación Arete. Urdangarin no entendió el motivo, según confesó Bergós ante el juez, pero se comprometió a acatar la orden real, ya que, cuando luego se constituyó la fundación Deporte, Cultura e Integración Social , Urdangarin no figuró en el staff, sino sólo en el consejo asesor. «Que hiciera lo que quisiera, pero que no apareciera en ningún órgano de gobierno de ninguna fundación», le dijo Romero al duque de Palma, según la versión que Bergós, presente en la reunión, le trasladó al juez. El letrado barcelonés afirmó además que la fundación, aunque Urdangarin no figurara en ninguno de sus cargos ejecutivos, fue una iniciativa tanto del duque de Palma como de su exsocio Diego Torres.