Diario de León

la policía española y francesa rastreó pistas durante 17 años hasta dar con el zulo

Cordón murió a los 15 días de su secuestro al intentar huir

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Melchor Sáiz-Pardo| madrid
León

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Parecía una misión imposible, encontrar pruebas después de más de tres lustros del secuestro con la única pista de que Publio Cordón estuvo retenido en un chalé de ubicación desconocida. Apenas un puñado de datos: una vivienda de dos plantas, de color blanco, techo de pizarra, con jardín delantero, con un tejadillo en uno de sus laterales y situada en las afueras de Lyon. Una descripción que calza con las características de miles de viviendas de la tercera ciudad más poblada de Francia

Pero al final esos indicios han servido a la Guardia Civil para «esclarecer definitivamente», en palabras del ministro del Interior, el caso de Publio Cordón, el empresario zaragozano secuestrado el 27 de junio de 1995 por los Grapo. Y también para detener a los tres últimos terroristas implicados en aquella acción. Un cautiverio que, según ha concluido la investigación, terminó quince días después del secuestro, cuando el empresario falleció a consecuencia de las heridas sufridas cuando intentaba fugarse.

La pista de un grapo

Fue Fernando Silva Sande el que dio la pista hace más de un año. El grapo, que desde finales del 2008 colabora con la justicia, fue una de las últimas personas que vio Cordón vivo. Silva, detenido en noviembre del 2000 en Francia y condenado en diciembre de 2007 a 28 años de cárcel por ese secuestro, reveló las características de la casa del cautiverio, pero no pudo precisar más a pesar de su disposición a aclarar cualquier extremo.

Durante meses, efectivos de los servicios de Información de la Guardia Civil y de la Policía gala rastrearon uno por uno un millar largo de inmuebles de la periferia de Lyon en busca de una casa que alquilada durante el verano de 1995 por ciudadanos españoles o de acento hispano.

La operación de búsqueda del chalé, que se denominó Domus (casa en latín), al final tuvo éxito a pesar de que la zona de búsqueda tenía más de 60 kilómetros de radio. La casa estaba en el número 5 de la Rue de la Batterie, en Bron, un acomodado barrio al sureste de la ciudad y a dos kilómetros del aeropuerto. La dueña de la casa dio la pista definitiva. Guardaba copia de la documentación falsa que habían usado los grapo para arrendar el inmueble. En uno de los documentos aparecía el nombre ficticio que usó durante años José Antonio Ramón Teijelo, el grapo detenido ayer y en la pedanía sevillana de El Arahal, cercana a Marchena, junto a su mujer, Manuela Ontanilla, y de cuya implicación en el secuestro siempre se había sospechado.

Por fortuna para los investigadores, la casa apenas había sufrido cambios desde entonces y, sobre todo, mantenía arrumbados objetos de la época del cautiverio, incluido el armario en el que los Grapo mantuvieron encerrado a Publio Cordón. Se buscaron restos genéticos en todos los objetos que pudieran haber sido usados, también el armario. Allí, los agentes encontraron el ADN de Cordón y otros indicios que buscaban para acusar a la pareja, y al tercer detenido ayer, Vicente Sarasa, arrestado en Cádiz y que también habría participado como vigilante del cautivo.

Las señales del calendario

Pero los agentes encontraron más que pruebas genéticas. Hallaron marcas que no dejaban lugar a dudas de que el fundador de la aseguradora Previasa había estado allí, un escrito, «1SE» (primera semana), y siete palitos tachados, y una segunda leyenda, «2SE», con otros siete palotes cruzados. Esas marcas confirmaron la versión que Silva Sande siempre había mantenido desde que en el 2009 comenzara a revelar datos del secuestro: Publico Cordón fue llevado desde Zaragoza a su cautiverio en Lyon y murió tras apenas 15 días de cautiverio.

Según explicaron mandos del operativo antiterrorista, la versión que se ha entregado al juez del caso, Javier Gómez Bermúdez, a la vista de las pruebas obtenidas corrobora casi punto por punto el relato de Silva. El empresario, aprovechando un momento de distracción de sus captores, consiguió forzar a golpes la puerta del armario, que los terroristas habían bloqueado con una débil cadena antirrobo (de las de atar bicicletas) unida a las puertas por dos grande alcayatas. Cordón corrió hacia una habitación vacía y de allí huyó por una ventaja a un tejadillo situado a dos plantas de altura. Cuando se encontraba allí fue sorprendido por sus secuestradores, pero el empresario no se dio por vencido y saltó una altura cercana a los cinco metros para tratar de continuar la huída. La caída no fue inmediatamente mortal, de acuerdo a la confesión de Silva. Publio Cordón debió sufrir lesiones muy graves en la parte baja espalda, que le dejaron agónico.

Los grapos que lo vigilaban, entre los que estarían los dos varones detenidos ayer, se negaron a llevarle a un hospital y suministraron al herido calmantes contra el dolor. Cordón, que apenas pudo ingerir la primera cápsula, murió en cuestión de minutos a consecuencia de las heridas.

Cobrar el rescate

Según el testimonio de Silva Sande, sobre el que la Guardia Civil ha reconstruido los hechos, él mismo propuso abandonar el cuerpo en el interior de un coche en un lugar público, pero el jefe del comando del secuestro, Enrique Cuadra, por órdenes del máximo responsable de los Grapo, Manuel Pérez Martínez, Camarada Arenas, descartó entregar el cadáver porque eso frustraría el cobro del rescate a la familia que todavía no se había producido. De hecho, no fue hasta el 9 de agosto, casi un mes después de la muerte del secuestrado, cuando entregaron en París los 400 millones. El propio Silva Sande con otros miembros de la organización se desplazó a las faldas de Mont Ventoux, en la Provenza Francesa —a 250 kilómetros al sur de Lyon— para enterrar el cadáver. En el lugar dejaron el pico usado para cavar la fosa. A pesar de que en el 2009 el propio arrepentido acompañó a la Guardia Civil en tres ocasiones a rastrear la zona, el cuerpo nunca apareció. Los investigadores, que dan por seguro que se encuentra allí, intensificarán la búsqueda. Una labor ardua porque la zona ha sido repoblada.

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