Diario de León

El centro de mando de León coordinó a 300 brigadistas en más de 200 fuegos

Dos técnicos de la Junta comprueban en las pantallas las condiciones meteorológicas.

Dos técnicos de la Junta comprueban en las pantallas las condiciones meteorológicas.

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Pilar infiesta | redacción
León

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Su labor es tan desconocida como imprescindible. Son las caras anónimas de la lucha contra el fuego, los padres en duermevela que protegen los bosques y pueblos leoneses con una economía de medios significativa. De hecho, desde su atalaya en la quinta planta del edificio de la delegación territorial de la Junta, las cinco personas que integran el Centro Provincial de Mando contra incendios, controlan todo el territorio con cinco ordenadores, un mapa magnético, una centralita de emisora y varios teléfonos.

En sus manos reside gran parte del éxito en la extinción de los fuegos, sobre todo, a la hora de dar una respuesta rápida y eficaz a las llamas, moviendo como si fueran fichas de un tablero a los 300 brigadistas que integran la plantilla, los cuatro helicópteros, quince camiones, tres bulldozer y dos máquinas de labores preventivas.

Su trabajo pivota en torno a un jefe de jornada (que actúa 24 horas seguidas), ayudado por dos técnicos, que da las órdenes de salida a atajar los incendios, decide qué medios emplear y se encarga de la burocracia. Por ejemplo, de solicitar a las empresas eléctricas que anulen una línea de tensión para facilitar la penetración de los efectivos; alertar a la Guardia Civil para que escolte un bulldozer o desaloje a la población, encargar bocadillos para los afectados por un fuego y hasta gestionar las bajas y descansos de la plantilla. «Cada medio carece de relevo, de modo que si un camión trabaja hasta la madrugada en un incendio, tienes que darle un tiempo de descanso durante el que lo pierdes. Es el problema de los operativos graves y largos, que tras la noche, se descuadran y hay que buscar alternativas y relevos con medios diferentes», explican.

A diario utilizan el programa Meteosig para comprobar las temperaturas, la humedad relativa y las probabilidades de lluvia y tormenta eléctrica, que combinados aportan índices, como el de comportamiento atmosférico (Haines). También manejan EmerCarto para situar sobre el plano los medios que desplazan, dotados con un GPS de localización y, desde este año, los operarios de los helicópteros envían una fotografía según llegan a la zona de conflicto. «Con todas esas variables podemos apreciar hacia dónde se extenderían las llamas, los puntos de captación de agua más cercana, si hay poblaciones amenazadas o masas forestales significativas». Este verano se han enfrentado a 200 fuegos y reconocen que lo más complicado es gestionar muchos incendios pequeños a la vez o uno grande, como el de Castrocontrigo, que puede colapsar el centro por la carencia de personal de refresco.

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