anapixel POlÉMICA EN LAS FILAS CONSERVADORAS
El Gobierno usa la ley de emprendedores para replicar a las quejas en materia fiscal de Aznar
antamaría elude valorar el reciente fichaje del expresidente por un bufete y dice que lo permite la ley de incompatibilidades
La vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha evitado hoy en varias ocasiones entrar en polémicas con el expresidente José María Aznar, que el pasado martes criticó abiertamente la gestión del Ejecutivo y le recomendó que "actúe cada día". Santamaría -poco dada a mojarse en cuestiones políticas en las ruedas de prensa que protagoniza los viernes- se remitió a la aprobación en consejo de ministros de la nueva ley de emprendedores como fórmula para responder a las quejas por la supuesta pasividad gubernamental o "resignación lánguida", entre otras cosas, en materia de impuestos.
Así, subrayó que dicho proyecto legislativo supondrá que más de dos millones de autónomos tengan la posibilidad de no pagar a Hacienda el IVA de sus facturas hasta que no las hayan cobrado, además de la aprobación de deducciones para inversiones en investigación y desarrollo o fomentar el crecimiento empresarial. A partir de ahí y como era esperable, recibió un aluvión de preguntas en ero torno a las polémicas palabras que pronunció Aznar en su reciente entrevista en Antena 3, pero ella dio la callada por respuesta oficial.
Lo máximo que lograron de ella los periodistas fue que repitiera que respeta las posiciones de todos los expresidentes -también las del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien esta mañana ha recomendado no criticar a Mariano Rajoy- y que, como ya dijo el miércoles en el Congreso, valora "especialmente" las intervenciones que suponen una aportación al Gobierno para intentar salir de la crisis. Ni siquiera confirmó si acudirá, el lunes, a un acto que protagonizará Aznar el lunes en el Congreso.
EL FICHAJE DE AZNAR
También se le reclamó a la vicepresidenta una opinión sobre el hecho de que el responsable de FAES haya sido fichado por el mismo bufete de abogados que, en su día, trabajó para que se le concediera un galardón en Estados Unidos, gestiones que por cierto se pagaron con dinero público. Pero ni por eso concedió Santamaría entrar en materia y se limitó a responder que la ley de incompatibilidades vigente, reformada en 2007, permite al expresidente del Gobierno desarrollar esa actividad.
"Aprovechará el Ejecutivo el plan de regeneración democrática que está preparando para evitar que los expresidentes cobren de dinero público si ejercen actividad privada?", se le planteó asimismo antes de finalizar la comparencia pública. Tampoco aquí hubo noticia: apuntó que se sabrá qué decisión toma el consejo de ministros cuando sean aprobadas las medidas.