Diario de León

Mas califica de «éxito total» una consulta que supera las expectativas de participación

Las previsiones del Gobierno catalán y de las fuerzas independentistas se cumplen al superar los dos . millones de votos. El presidente de la Generalitat lo tilda como «una lección de democracia en mayúsculas».

El presidente catalán, Artur Mas, asegura que el 9-N ha servido para demostrar que «Cataluña quiere gobernarse ella misma».

El presidente catalán, Artur Mas, asegura que el 9-N ha servido para demostrar que «Cataluña quiere gobernarse ella misma».

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RAMÓN GORRIAGÁN | MADRID
León

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La participación en la votación del 9-N hizo saltar por los aires las previsiones más optimistas del Gobierno catalán y las fuerzas soberanistas. Dos horas antes de que se cerraran las urnas a las 20.00 horas, habían acudido a votar 1.977.531 personas, una simple proyección hace prever que una vez que los colegios echen el cierre habrán votado en torno a los 2,2 ó 2,3 millones. El mejor escenario para los independentistas se situaba en los dos millones. El presidente catalán, Artur Mas, salió para decir que la consulta había sido «un éxito» y que este día pasará a la historia como «un hito inolvidable en la historia de Cataluña».

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, dijo que el proceso participativo del 9-N ha sido un «éxito total» y que los «más de 2 millones de personas» que han votado dieron «una lección de democracia en mayúsculas» en una cita que ha servido para demostrar que «Cataluña quiere gobernarse ella misma». Ahora El Gobierno debe comportarse como un «Estado democrático maduro» y «respetar» la decisión de los catalanes de «decidir su futuro».

Mas también aprovechó para criticar las reacciones del Gobierno central ante los datos de participación en la consulta. Según el president, se trata «una vez más, de miopía política y mucha indiferencia, cuando no intolerancia».

Pero a pesar de todo, había temor en la Generalitat y en el frente proconsulta de que la afluencia a las urnas fuera un fiasco. Nadie quería dar cifras en los días previos, pero en privado veían razonable que votaran 1,5 millones y un éxito que lo hicieran dos. Es explicable por tanto el estallido de euforia que sacudió el palau de Sant Jaume y las sedes de CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP. La cifra además puede engordar cuando se sumen los sufragios del extranjero y los de las personas que no pudieron depositar hoy su papeleta por problemas con el fichero de electores y tienen quince días para hacerlo.

Varias visiones

Pero no se puede hacer una lectura lineal de los números y los porcentajes ya que esconden matices. Han votado los mayores de 16 años que no pueden hacerlo en otras citas electorales; también han sido votantes los extranjeros que cumplían unas laxas condiciones de residencia en Cataluña. Tampoco se puede colegir que todos los que han acudido a las urnas son independentistas, como tampoco son anti-independentistas todos los que se han quedado en casa. Asimismo no todos los votos contienen el doble sí al estado propio y a la independencia, detalle que se conocerá este lunes cuando se ofrezcan los resultados finales, aunque, según todos los pronósticos, serán una muy amplia mayoría.

En todo caso, las papeletas depositadas superarán los votos obtenidos por los cuatro partidos impulsores de la consulta en las elecciones autonómicas en 2012, cuando sumaron 2,1 millones de sufragios. Solo ese dato permite concluir que la jornada fue un éxito para sus organizadores y que el independentismo catalán, como adelantaban las encuestas, ha crecido en estos tres años. El índice de participación también fortalece la posición de quienes exigen un adelanto electoral para clarificar el panorama político catalán y determinar, después tres años de movilización soberanista, quién es quién y qué fuerza tiene detrás. El cuadro político resultante de esos comicios sin duda se parecerá poco al actual porque todo hace pensar que los independentistas ganarán posiciones y obtendrán, o al menos bordearán, la mayoría absoluta.

Un análisis que también hace Artur Mas y que le hace ser renuente a ese anticipo electoral porque CiU, además de coquetear con la fractura interna, pasa por sus horas más bajas y Esquerra, por las más altas. Su líder, Oriol Junqueras, no se anduvo por las ramas y hoy mismo reclamó elecciones ya. Lo mismo piensan las organizaciones civiles soberanistas, que dieron tres meses al presidente catalán para mover ficha. Mas solo ha dicho que a partir del 10 de noviembre escuchará «a todo el mundo». Pero no podrá esconder mucho tiempo sus cartas.

De momento, la primera tarea que se ha puesto será enviar una carta a Rajoy para retomar el diálogo, hasta ahora de sordos, que interrumpieron de forma abrupta en julio pasado. También en eso está en desacuerdo Junqueras, quien defiende que no hay nada que negociar «con Madrid». La soberanía, afirma el líder de Esquerra, «no se negocia, se ejerce». El presidente catalán en cambio quiere abordar con el Gobierno central «el referéndum definitivo, a poder ser pactado». Rajoy, entretanto, está a verlas venir. Siguió la votación desde su despacho en el palacio de la Moncloa, y fuentes de su entorno insistieron en que el 9-N ha sido un ejercicio «inútil y sin efectos jurídicos».

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