Diario de León

El juez revoca la decisión de Interior de conceder el tercer grado a Matas

Acusa al Gobierno de socavar «la confianza en el sistema democrático».

El ex ministro Jaume Matas, el día que abandonó el centro penitenciario de Segovia.

El ex ministro Jaume Matas, el día que abandonó el centro penitenciario de Segovia.

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melchor sáiz-pardo | madrid
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Varapalo judicial al Gobierno en el caso Matas. El juez de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid ha revocado la decisión del Ministerio del Interior de conceder el pasado 31 de octubre el tercer grado al ex presidente de Baleares en contra del criterio de la Junta de Tratamiento de la prisión de Segovia, en la que Jaume Matas ingresó el pasado julio. El ex ministro del PP, que según el magistrado ni siquiera se ha «arrepentido», no obstante seguirá en libertad (con la única obligación de dormir en la cárcel de lunes a viernes) mientras que el auto, contra el que cabe recurso, no sea firme.

La resolución del juez Florencio de Marcos Madruga, que estima el recurso de la Fiscalía contra la progresión a tercer grado ordenada por Instituciones Penitenciarias desoyendo el criterio de los técnicos carcelarios, es especialmente dura con la decisión del Gobierno, al que acusa directamente de provocar un «riesgo de ruptura en la confianza de los ciudadanos en el sistema democrático» con la excarcelación del recluso, condenado a nueve meses por prevaricación. El magistrado, en particular, se queja de que el Ministerio del Interior, en un «caso de corrupción política», se haya dejado llevar por los «intereses particulares del interno» en detrimento de los «intereses generales de la sociedad».

Reprocha el magistrado al departamento que dirige Jorge Fernández que haya clasificado de manera «prematura» en tercer grado al preso sin tener en cuenta que los «fines de la pena pueden verse pervertidos», máxime cuando se trata de un «delito de la naturaleza del que nos ocupa, tráfico de influencias, caracterizado por el abuso de la confianza depositada en un cargo público, y en un momento de gran sensibilidad social al respecto». «No cabe tolerar comportamientos que en vez de servir con objetividad los intereses generales sirven únicamente su mezquino interés privado, propio o de tercero», explica De Marcos.

Arrepentimiento

Para el juez es especialmente incomprensible la decisión de poner en libertad al ex ministro sin que haya la menor «prueba» de «arrepentimiento» por su parte, ni que éste haya «asumido» el hecho delictivo o que tenga «conciencia del daño causado y del descrédito causado a la institución pública». «Lo único que cabe afirmar es que el interno ha hecho hasta el último momento todo lo que ha podido para no cumplir la pena», afirma el juez en referencia a la maniobra procesal de Jaume Matas pidiendo el indulto para retrasar su entrada en prisión.

Frontalmente

El juez ataca frontalmente los argumentos de Interior para dejar en libertad al ex dirigente del PP. Instituciones Penitenciarias decretó su progresión de grado por la «capacidad del interno para una normal convivencia», «la ausencia de peligrosidad social» o la «buena conducta observada en prisión».

Para el magistrado todo eso no tiene ningún valor. «Es un hecho indudable que Matas es un sujeto socialmente insertado, pues cuenta con un medio sociofamiliar normalizado, lo cual es habitual en la delincuencia de guante blanco», apunta la resolución. El magistrado insiste en que sus actividades deportivas o su «inscripción en un campeonato de frontenis, difícilmente suponen paso alguno hacia la concienciación delictiva», como alega el Gobierno. Según el juez es evidente que en el caso de Matas «no hay reeducación y sin haberse alcanzado ese fin de la pena no tiene sentido la clasificación en tercer grado».

Los razonamientos del juez son casi idénticos a los que esgrimió la Junta de Tratamiento de la cárcel segoviana y la Fiscalía en su recurso. Los técnicos penitenciarios se manifestaron en contra de conceder la semilibertad al preso por cuatro «factores de inadaptación»: «La alarma social, el no cumplimiento de la mitad de la condena, la ausencia de permisos que permitan valorar su adaptación y la no asunción de la responsabilidad delictiva». La opinión mayoritaria de los expertos fue que «el internamiento efectivo es el único modo de concienciar al delincuente de su mal comportamiento social». Matas «es buen preso, pero mal ciudadano», fue el dictamen del órgano consultivo.

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