Diario de León

VISTA OFICIAL

El rey guarda las distancias con Mas en su visita a Cataluña

El monarca y el presidente catalán coinciden en la planta de Seat

Felipe VI y Artur Mas posan con jóvenes trabajadores de la factoría Seat de Martorell

Felipe VI y Artur Mas posan con jóvenes trabajadores de la factoría Seat de Martorell

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CRISTIAN REINO | BARCELONA
León

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El rey Felipe VI y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, presidieron ayer los actos de conmemoración del trigésimo aniversario de la fabricación del primer coche Seat ‘Ibiza’, en la planta de Martorell (Barcelona). Fue un encuentro frío, según algunos de los asistentes, en el que no hubo gestos de complicidad ni de excesiva cordialidad.

Veinticuatro horas antes del día de la Constitución, en pleno debate soberanista y casi un mes después de la celebración de la consulta alternativa del 9-N, el Monarca y el dirigente convergente guardaron las distancias, aunque desde el respeto institucional dejaron una fotografía de fuerte carga simbólica al llegar juntos en el mismo coche a las instalaciones de la fábrica con don Felipe al volante y Mas de copiloto.

Hay quien quiso interpretar la imagen como la metáfora del rey pilotando una segunda transición de la mano de Cataluña. Al menos intentándolo habría que decir, porque el independentismo catalán ya hace tiempo que ha iniciado la senda de la separación. De hecho, de las dos horas que estuvieron juntos, siempre en compañía de directivos de Seat y otros empresarios, hubo pocos instantes en los que se les pudo ver próximos y mucho menos hablando. No consta que mantuvieran ningún contacto a solas. Felipe VI y Mas sí se reunieron en privado con el ministro de Industria, José Manuel Soria, los máximos responsables de Seat y una representación del empresariado catalán.

Mas, que aún no ha sido recibido en audiencia en el palacio de la Zarzuela por el Rey, le hizo un desplante en su anterior visita a Cataluña, cuando se ausentó del discurso y solo coincidió con el jefe del Estado en la cena al final de la jornada. Tras la proclamación, Mas pidió su mediación en la resolución del conflicto catalán, esperanzado en que un cambio en la Corona abriría un nuevo tiempo para la política española.

Además, poco antes de la elecciones autonómicas de noviembre de 2012, desde CiU deslizaron que Cataluña podría encontrar más comprensión hacia sus planteamientos soberanistas con don Felipe de Borbón que con su padre. «El problema es que enfrente no tenemos al príncipe Felipe, sino que tenemos a Juan Carlos I», se quejaban entonces los dirigentes nacionalistas.

Desde el Gobierno catalán señalaron ayer que aún es «pronto» para calibrar los cambios con el nuevo monarca. Lo que sí es un hecho, no obstante, es que la cuestión catalana ocupa un lugar destacado, si no el principal, en la agenda del rey. Una semana después de su proclamación, hace ya medio año, su primera visita fuera de Madrid fue a Girona. Y pese a que aún no se ha desplazado como Rey a buena parte de las 17 comunidades autónomas, en Cataluña ya ha estado dos veces y la semana que viene, el jueves, será la tercera.

La imagen fue la del rey dando apoyo a la firma Seat, uno de los motores económicos de Cataluña y una empresa que fue buque insignia del desarrollo de la industria catalana a finales de los años sesenta.

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