Diario de León

Ciudadanos pacta con la socialista Díaz en Sevilla y con Cifuentes en Madrid

Albert Rivera corona con éxito su primera operación política de ámbito nacional.

Díaz, y el líder de Ciudadanos, Juan Marín, se saludan al comienzo de la reunión.

Díaz, y el líder de Ciudadanos, Juan Marín, se saludan al comienzo de la reunión.

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R. Gorriarán | MAdrid
León

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Albert Rivera se marcó un objetivo la noche electoral del 24 de mayo, pactar con los socialistas en Andalucía y con los populares en la Comunidad de Madrid. Se fijó esa meta por dos motivos, ambos eran los partidos más votados en esos territorios y forjar ese tipo de alianzas son las que dan el marchamo de centrista a su partido ya que ponen de manifiesto su capacidad dpara entenderse tanto con unos como con otros.

Lo ha conseguido, o casi porque el acuerdo con la candidata del PP, Cristina Cifuentes, aún no se ha firmado, pero está encarrilado.

El acuerdo formalizado entre el PSOE y Ciudadanos pondrá fin a dos meses y medio de bloqueo en la investidura de Susana Díaz, que en los próximos días será reelegida presidenta de la Junta de Andalucía. El pacto se firmó ayer pero estaba hecho desde hace varios días o semanas. De no haberlo estado, Susana Díaz no habría abierto la que dijo que iba a ser la última ronda de contactos para su investidura con la amenaza de que si no fructificaba convocaría de nuevo elecciones en septiembre. Un fracaso hubiera supuesto un serio revés para su trayectoria política nacional y un retroceso en su ascendiente dentro del PSOE.

Los socialistas y Ciudadanos cumplieron ayer con su parte del guión y en unas pocas horas dieron a luz a un acuerdo gestado tiempo atrás. Albert Rivera cerraba así la primera etapa de su operación centrista. Se hace difícil, no obstante, explicar por qué no se selló antes el pacto, una demora que ha tenido en funciones al Gobierno andaluz durante 80 días. La única respuesta que dan desde las filas socialistas es la del tacticismo. Ciudadanos no quería dar una imagen de sintonía con el PSOE antes de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo.

Rivera lo explicó de otra manera y publicó ayer en su cuenta de Twitter que «solo se puede regenerar las instituciones si permitimos que se empiece a trabajar en ellas». Un argumento que también servía para hace unas cuantas semanas porque la firma del decálogo sobre regeneración democrática nunca fue un obstáculo real en las negociaciones con el PSOE.

En Madrid

La segunda fase de la operación está a punto de cerrarse en Madrid, aunque han surgido complicaciones de última hora con la operación Púnica y los registros en diversos ayuntamientos gobernados por el PP en Madrid y la Comunidad Valenciana.

Rivera tampoco tenía dudas desde las elecciones que su aliado madrileño sería el PP, que al igual que el PSOE en Andalucía fue el partido más votado. No atendió a los guiños de Pedro Sánchez para que apoyara al candidato socialista, Ángel Gabilondo, con el que ‘a priori’ tiene mayor sintonía regeneracionista que con Cifuentes y sus problemas con los casos de corrupción del PP en Madrid.

La primera pica en Flandes para el acuerdo con los populares se cerró con el reparto de puestos en la Mesa de la Asamblea de Madrid, en la que Ciudadanos sin méritos electorales para ello se hizo ayer con la Vicepresidencia Primera. Su candidato, Ignacio Aguado, se apresuró a deslindar esa concesión del PP del acuerdo final. «No tiene nada que ver», dijo y avisó además de que la nueva redada de la operación Púnica complica las negociaciones porque «no podemos estar levantándonos cada mañana con noticias de registros. Es insostenible».

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