La apertura del Bierzo hacia Galicia y Asturias

Es una anhelo histórico, reclamado durante años y comprometido reiteradamente por los distintos gobiernos de España —especialmente en tiempos de campaña electoral—, pero únicamente sobre el papel. La realidad es bien distinta. La mejora de las comunicaciones por carretera entre el Bierzo y Orense y Asturias sigue durmiendo el sueño de los justos. Si bien el primero de estos proyectos —la autovía A-76— ha conseguido algunos avances en los últimos años, éstos han sido de carácter técnico. Las obras se hacen esperar, como también tendrá que esperar y todavía más tiempo la conexión Ponferrada-La Espina (Asturias). De hecho, ésta última ni siquiera está contemplada en el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (Pitvi) 2012-2024, que detalla en 348 páginas las prioridades de inversión y actuaciones del Ministerio de Fomento en la próxima década. Sí aparece la A-76 entre el medio centenar de actuaciones que se llevarán a cabo en toda la geografía nacional dentro del apartado de ‘Nuevas Infraestructuras. Autovías Interurbanas’.

De momento, ya se han redactado los proyectos de dos tramos concretos en lo que respecta a la A-76. Son el de La Veiga de Cascallá (Rubiá) a El Barco de Valdeorras y el de Villamartín de la Abadía a Requejo. La elaboración del proyecto del primero de los tramos, de 8,4 kilómetros de longitud, supone un coste de más de medio millón de euros y una vez estén en marcha, las obras llevan a parejo una inversión que supera los 26 millones de euros. El segundo tramo —el primero de esta infraestructura en el Bierzo— saldrá más caro. La redacción del proyecto para un trazado de 7,6 kilómetros asciende a los 742.000 euros y su ejecución supondrá una inversión de más de 35 millones de euros.

El plazo previsto por la Secretaría General de Infraestructuras dependiente del Ministerio de Fomento para la ejecución de los proyectos es de 18 meses. Con lo cual, abril o mayo del año próximo debería ser el plazo máximo para el inicio de la expropiación de algunos terrenos para proceder, después, a la adjudicación de las obras de cara al 2017. Con ello se habrá cerrado un capítulo en el que el Bierzo lleva inmerso muchos años. Ya en 2008 el estudio de esta infraestructura, de 125 kilómetros de longitud total, fue sometido a información pública y en 2013 obtuvo la declaración de impacto ambiental favorable, mientras que el año pasado, el Ministerio de Fomento dio luz verde al estudio informativo.

Se trata, por lo tanto, de un anhelo ampliamente demandado por los agentes sociales, políticos y económicos de ambas vertientes —la berciana y la gallega— que ha dado lugar incluso a la creación de una Plataforma en Defensa de la Autovía A-76. Un proyecto valorado en 1.200 millones de euros que ha pasado ya los trámites del informe de sostenibilidad ambiental, participación pública e institucional y que ha sido notificado a las embajadas de Portugal, Francia y Andorra, conforme a la legislación vigente de evaluación de determinados planes y actuaciones en el medio ambiente que pueda afectar a dichos países.

Menos suerte ha corrido la autovía Ponferrada-La Espina, que en la próxima década seguirá estando limitada al tramo comprendido entre la capital berciana y Toreno. No se incluye en el Pitvi, con lo cual no se contempla. Y eso que también carga a sus espaldas una retahíla de promesas que, tanto desde el lado leonés como desde la vertiente asturiana, se remontan ya a los primeros años de la democracia.

Pudiera parecer insólito que la carretera por la que durante muchos años, décadas, han pasado millones y millones de euros en forma de carbón esté en las condiciones que presenta. Pero por insólito que parezca y pese a las ingentes cantidades de dinero que han llegado a las cuencas a través de diversos planes del carbón, el vial que comunica por carretera las dos tierras mineras por excelencia en España sigue siendo tan sólo el sueño de muchos.

Un enlace a La Cabrera

Las obras de reparación y asentamiento de taludes que desde hace algunas semanas se están llevando a cabo en la carretera N-536, entre Ponferrada y Puente de Domingo Flórez, con el consiguiente corte al tráfico de vehículos, han puesto de manifiesto otra de las necesidades en materia de infraestructuras viarias que tienen tanto el Bierzo como la vecina comarca de La Cabrera.

Teniendo en cuenta que la N-536 es la única que comunica ambas comarcas y que es fundamental para el sector pizarrero —no en vano, más de mil trabajadores transitan a diario por este vial para llegar desde el Bierzo a las canteras de pizarra cabreiresas— sería necesario habilitar un segundo enlace con La Cabrera que comunicara directamente Ponferrada con el municipio de Benuza, evitando así que, ante cualquier imprevisto en la N-536, los trabajadores de las pizarreras y los propios habitantes de los municipios de la zona tengan que desviarse hasta 60 kilómetros para acceder a Puente de Domingo Flórez desde El Barco de Valdeorras como ha ocurrido recientemente.

Así, el enlace entre la capital berciana y Benuza podría seguir dos recorridos y en ello han incidido recientemente los representantes de la formación Coalición por el Bierzo en Puente y Benuza. Uno podría atravesar el paraje conocido como Campo de las Danzas y la segunda alternativa comunicaría Carucedo, por Las Médulas y Yeres, con la LE-164, que es la carretera que va al municipio de Benuza. «Ya es hora de construir un enlace directo. A estas alturas del siglo XXI no se puede tolerar que una comarca como La Cabrera, que tanta riqueza, empleo y valor añadido aporta a la economía de la provincia, tenga unas comunicaciones que a penas han mejorado desde mediados del siglo pasado», denunciaron los concejales de CB en Puente de Domingo Flórez y Benuza recientemente.