Sánchez y la cúpula del PSOE siguen de cerca los comicios en la sede del partido
Los socialistas confían en no retroceder en exceso respecto a sus resultados del 2012
La cúpula del PSOE se encuentra reunida en la sede del partido, en la madrileña calle de Ferraz, para seguir de cerca el resultado de las elecciones catalanes. El equipo está formado, entre otros, por el secretario general y candidato de los socialistas a la Moncloa, Pedro Sánchez; el secretario de Organización, César Luena; el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, y el secretario de Acción Política, el exlendakari Patxi López.
La dirección socialista confía en no retroceder demasiado respecto a sus resultados del 2012, cuando el PSC logró 20 diputados en el Parlament y fue segunda fuerza en votos (no en escaños, por detrás de ERC, que obtuvo 21), y también en que las listas independentistas, Junts pel Sí y la CUP, no consigan mayoría.
EL MENSAJE Y LOS ALTIBAJOS
Sus sensaciones, como casi siempre en los momentos previos al final del escrutinio, según fuentes del partido, son de “optimismo moderado”, después de una campaña en la que los socialistas han quedado satisfechos. La cúpula del PSOE argumenta que han logrado trasladar su “mensaje de concordia”, de que “no hay más salida” que una reforma constitucional, y que el candidato del PSC, Miquel Iceta, ha sabido apearse del “batallón del miedo”, formado por Ciudadanos y el PP, a través de sus continuos y sincopados bailes.
Pero en estos últimos 15 días también ha habido altibajos. Sánchez ha insistido en cada mitin que la Carta Magna debe reforzar el autogobierno de Catalunya y reconocer sus “singularidades”, pero el otro gran referente en activo dentro del partido, Susana Díaz,presidenta de Andalucía, ha dado muestras de no suscribir esta propuesta. “Habrá que preguntarle a Pedro Sánchez de qué habla cuando habla de singularidades”, dijo al inicio de una campaña en la que Felipe González también ha tenido un enorme protagonismo. El expresidente del Gobierno ha mostrado de nuevo que nadie en el PSOE puede imprimir a los mítines tanta intensidad emocional y profundidad como él, pero al mismo tiempo ha insistido en comparar el proyecto independentista abanderado por Artur Mas con el fascismo de los años 30 y con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, desdibujando así el mensaje de concordia que lanzaba el PSC.