Diario de León

NUEVA LEGISLATURA

El rey encarga a Pedro Sánchez la formación de un nuevo Gobierno

El líder del PSOE asume que su investidura será difícil y pide un mes de plazo para negociar

Pedro Sánchez, ayer

Pedro Sánchez, ayer

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PAULA DE LAS HERAS | MADRID
León

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Pedro Sánchez ya tiene la responsabilidad formal de intentar componer un Gobierno. El rey decidió ayer hacerle el encargo después de que el pasado 22 de enero Mariano Rajoy declinara, para sorpresa general, su propuesta. Esta vez, en su segunda audiencia en el palacio de la Zarzuela, Felipe VI ni siquiera repitió la oferta. El jefe del Ejecutivo en funciones no ha logrado, ni intentado, sumar en los últimos diez días ni un apoyo más a los 123 diputados del PP con los que rehusó lanzarse en primera instancia y el jefe del Estado optó por no esperar más y por echar la bola a rodar para romper un bloqueo institucional que duraba ya semanas.

Sirvió de poco que el líder del PP le planteara que, aunque «todavía» no tiene apoyos suficientes para intentar una investidura no renuncia a ella o que argumentara que cualquier opción distinta a la suya será «negativa» para el país, entre otras cosas, porque no está dispuesto a facilitar la fórmula PP, PSOE, Ciudadanos si no la encabeza él mismo. Sánchez ya había dicho al rey unas horas antes que, si Rajoy no se veía capaz de someterse ahora a un debate de investidura, él daría un paso al frente. Y no hizo falta nada más.

El secretario general del PSOE sabe que no lo tiene nada fácil. Su determinación para hacer un Gobierno «transversal, progresista y reformista» —transversal es un adjetivo que utilizó ayer por primera vez— se topa con varios muros. Él insiste en que quiere tender la mano a «izquierda y derecha» y los suyos explican que eso significa que pretende alcanzar un acuerdo con Ciudadanos y con Podemos. Pero esas dos fuerzas políticas sostienen que nunca podrán compartir el mismo barco porque sus programas son «incompatibles» en cuestiones cruciales como la política económica y la territorial.

Iglesias lo reiteró con una vehemencia inusitada cuando ya intuía la decisión del rey. Dijo que «ni por activa ni por pasiva» formará parte de un pacto de gobernabilidad con la formación que lidera Albert Rivera, es decir, que no votará ‘sí’ ni se abtendrá, en caso de que los socialistas logren el apoyo expreso de la fuerza de centro a la que él llamó «el PP en diferido». Esa es una de las fórmulas que permitiría a Sánchez salir airoso del debate de investidura. La otra sería la inversa, pero Ciudadanos tampoco está por la labor. Y los populares están en las mismas.

El mismo argumento

De hecho, Podemos y Rajoy utilizan prácticamente el mismo argumento: que no hay más alternativa que un pacto PP, C’s, PSOE o lo que Iglesias ha puesto encima de la mesa, o sea, un Gobierno de coalición en el que su partido tenga la vicepresidencia y seis ministerios, del que forme parte Izquierda Unida y que además necesite del concurso de los nacionalistas y los independentistas. Según el líder de la nueva formación de izquierdas, negarlo es una «hipocresía». Pero Sánchez no se rinde. «Yo voy en serio», dijo. E hizo un llamamiento a lo que denomina «las fuerzas del cambio»: «Dejemos de hablar de vetos y veamos qué podemos hacer unidos».

El dirigente socialista defiende que hay que ir «paso a paso». Ha pedido al presidente del Congreso, Patxi López, quien ha de fijar la fecha del debate de investidura, un mes para negociar con los grupos y tiene intención de empezar hoy mismo. «No hay un minuto que perder», alegó. No está claro con quién se sentará a hablar antes, pero Ciudadanos, que ayer mismo aseguró que trataría de convertir en presidente al candidato que designara el rey, lleva toda la semana diciendo que está listo para ponerse a ello.

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