«Urdangarín y Torres se llevaban el dinero de Nóos»

m. sáiz-pardo | palma

Era una de las declaraciones más esperadas y no defraudó. El primero de los testigos ‘arrepentidos’ del caso Nóos dibujó un panorama sobre el entramado de Iñaki Urdangarín y Diego Torres bien diferente a la fundación sin ánimo de lucro de la que hablaron los dos imputados. Luis Tejeiro, el contable y gestor laboral del entramado Nóos, confesó que durante años participó en un grupo empresarial trufado de continuas irregularidades de todo tipo. Desde empleados fantasmas, pasando por sueldos en negro, hasta cruces de facturas. Todo valía -explicó el asesor- para desviar desde Nóos a los bolsillos de los dos ex socios más de seis millones de euros de dinero público.

Tejeiro resumió en una sola frase la filosofía del proyecto empresarial que encabezaba el cuñado de Felipe VI: «Urdangarín y Torres se llevaban a sus sociedades el dinero que cobraba el Instituto Nóos» a través del incesante cruce de facturas, muchas hinchadas por trabajos dudosos. Entre esas sociedades incluyó Aizoon, la firma de la que es copropietaria Cristina de Borbón y que, además de ser usada para defraudar, se llevó cerca de un millón de euros de Nóos. El asesor explicó que la firma del matrimonio real, lejos de ser una sociedad para «canalizar» los ingresos profesionales de Urdangarín (tal y como han sostenido los ex duques), era en realidad una pieza más de la trama. «Eran muchas sociedades que funcionaban con una única dirección de Diego Torres e Iñaki Urdangarín», detalló. Y el trato era que todo lo que entraba se repartía entre los dos ex socios a la mitad: «En todo el negocio iban al 50%».

Pero Urdangarín -siempre de acuerdo con la versión de este testigo de cargo- no se conformó con el fraude al fisco y el saqueo de los fondos públicos que entraban en Nóos. El contable aseguró ayer que el ex duque, directamente, se metía en el bolsillo -y en negro- el dinero de la nómina de los «empleados ficticios» de Aizoon. Y, desde luego, negó la versión del ex deportista de que sus «asesores» les imponían la contratación de trabajadores fantasmas para llegar al óptimo fiscal. «Iñaki Urdangarín decidía dar de alta estas personas. Era Urdangarín el que firmaba el contrato. No hay duda», apuntó.

Según el testigo, Urdangarín y Diego Torres participaron siempre, durante la vida del entramado, de manera activa en esa estrategia de hinchar sus sociedades -incluida Aizoon- con «empleados ficticios» para aumentar las desgravaciones de Hacienda.

Quizás la única buena noticia para Urdangarín y su esposa es que Miguel Tejeiro aseguró tajante que jamás «recibió órdenes» de la infanta sobre Aizoon.